¿Por qué comprar arte?

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Entrevistamos a Silvia Herrera Ubico, curadora independiente, y esto es lo que, por experiencia, nos comparte.

En nuestras casas pasa de todo. Nuestras emociones, desenfados, alegrías e ilusiones van circulando al paso de nuestra vida y, de alguna manera, van dándole el carácter al espacio que habitamos. Muchas de esas alegrías e ilusiones algunas veces se condensan en las obras de arte que vamos adquiriendo porque encontramos en ellas un eco de nuestro modo de ser o una ventana hacia donde querríamos llegar.

Una obra de arte se compra por una especie de enamoramiento que impide dejar de mirarla. Nunca para matizar con el tono de una pared, de un sofá o porque simplemente se tiene un espacio vacío. Tampoco eso de comprar arte por invertir en algo seguro es un argumento del todo convincente. La razón más válida para llegar a adquirir una obra de arte es la fascinación.

En muchos coleccionistas el motivo más genuino de toda compra es la pasión por poseer un objeto cargado de algo inmaterial, de algo que no podemos cuantificar, de un valor intangible que alimenta interiormente.

«No podemos vivir sin belleza» afirmó Arthur Danto en uno de sus populares libros sobre arte y estética; y las obras de arte nos proporcionan una tajadita de ella. Las obras de arte son mundos llenos de sentido nos abren horizontes y por eso se les debe hacer un lugar, en nuestro espacio, en nuestra vida; pues nos llevan a territorios donde nunca navegaríamos de no estar en su presencia.

Se compra lo que a uno le gusta, pues todo lo que uno escoge habla de uno mismo. Todo lo que uno escoge revela una mezcla de sensibilidad y de conocimiento. De allí que el gusto no sea algo estático, sino que puede y debe mejorarse a través de una adecuada nutrición de la sensibilidad y del conocimiento. El gusto, como toda dimensión humana, está llamado a superarse y cultivarse.

El buen arte no es complaciente, nos exige aprender y modificarnos, por eso es preciso leer, ver, indagar y consultar a personas profesionales como galeristas y coleccionistas con experiencia.

¿Cómo se compra el arte?

Luego de la opinión de una experta quisimos encontrar tips prácticos (y esenciales) para cuando vas a comprar una obra, y según varios expertos, estos son los pasos a los que debes apegarte:

Ten claro qué quieres comprar

Quizá es que tienes un espacio determinado para un cuadro, para algún mueble o simplemente quieres renovar o darte el gusto. A la hora de elegir la obra, lo mejor es que te guíes por la emoción que te transmite, que te diga “algo”. No te dejes llevar por influencias y opiniones de terceros; es mejor tener un criterio propio y reaccionar delante de la obra.

Asesórate

Lo mejor es asesorarte de un profesional, pero siempre sin influenciar en tu decisión. El papel del galerista —o incluso del artista si tienes la suerte de coincidir con él o conocerlo— será fundamental.

Presupuesto

Debes tener claro tu presupuesto y cuánto de este lo quieres destinar a esta compra. Este ejercicio te ayuda a acotar el número de obras al que puedes acceder.

¿No sabes qué comprar?

Visualizar el lugar en el que colocarás la obra te ayuda a la hora de elegir; o hacer el ejercicio de visitar ferias, galerías o consultar las páginas de los artistas. Para bien o para mal, en el arte al igual que en la moda, existen las tendencias, continuamente se van redescubriendo artistas que estaban olvidados mientras que otros van cayendo en el olvido. De unos años para acá el arte contemporáneo ha encontrado un boom en el arte digital y las instalaciones, pero también está volviendo la pintura.

¿El arte se revaloriza?

Todo el arte, salvo excepciones, tiende a revalorizarse, pero no lo hace de la misma manera ni en los mismos plazos de tiempo. Hay artistas jóvenes cuyo precio se dispara en poco tiempo y de manera exponencial y antigüedades que se han adquirido a buen precio y se revalorizan de forma espectacular. En general el arte es “lento pero seguro” y la revalorización se produce en un plazo medio y largo de tiempo.


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