¡Diseña un jardín zen para meditar!

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Si eres un amante de la naturaleza y buscas tener un espacio de tranquilidad profunda en casa, una buena idea es diseñar un jardín zen.

Cuando pensamos en un jardín, imaginamos un espacio verde con plantas, flores y grama. Sin embargo, un jardín zen — también conocido como jardín seco— no tiene mucho que ver con estas ideas, aunque algunos de ellos pueden tener algunas plantas: helechos, bonsáis o musgos entre otras especies. Su objetivo es el de conseguir un ambiente muy tranquilo donde huir del estrés y poder meditar.

La grava, piedras y arena son los elementos más característicos de este tipo de jardín, originario de Japón, que se caracteriza por tener pocos elementos, casi rozando el minimalismo, y sin mucha ornamentación.

¿Por qué deberías tener uno?

  • Son relajantes: esta es la función principal de los jardines zen. Mirarlo, cuidarlo y rastrillarlo aportan relajación al que lo hace.
  • Pueden construirse en cualquier sitio: los jardines zen no tienen un tamaño determinado, por lo que se pueden crear en jardines, terrazas e incluso en interiores en formato miniatura.
  • Se pueden utilizar para meditar al aire libre.
  • Son fáciles de mantener.

Materiales necesarios

Arena o grava

Este es un elemento básico del jardín zen. La arena representa la serenidad, la calma y la tranquilidad. Para exterior lo mejor es la grava, pero para jardines más pequeños o en miniatura es preferible usar arena.

Piedras

Representan los obstáculos que se presentan a lo largo de la vida.

Agua

Se puede colocar un pequeño estante o fuente de agua. Sin embargo, esto no es imprescindible, porque este elemento está representado a través de las ondas que se dibujan en la arena con el rastrillo.

Plantas

Representan la vitalidad y la alegría. Usa preferiblemente plantas orientales como el bambú (que simboliza la buena suerte), bonsáis, azalea, arce japonés rojo, magnolias, cerezo ornamental japonés… No obstante, lo importante es usar plantas que puedan crecer sin inconvenientes en el clima local.

Musgo

Es un elemento muy popular en Japón que combina muy bien con piedras pequeñas esparcidas y cuerpos de agua.

A estos elementos se pueden añadir otros como madera, luminarias de estilo oriental, figuras de buda y varas de incienso.

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Jardín zen en interior

Una buena idea es diseñarlo en una habitación espaciosa y usarlo para crear un ambiente relajante. Esto es algo ideal cuando se llega a casa después de un día de trabajo cargado o de haber estado sometido a mucho estrés.

Tiene la gran ventaja que no es necesario contar con un gran espacio para crearlo, dentro de la filosofía de estos lugares, se pueden encontrar creaciones muy pequeñas. Prácticamente te funciona cualquier rincón que tengas en casa y que no estés ocupando.

Paso a paso para hacerlo

Los pasos que hay que seguir para crear un jardín zen son los siguientes:

Evaluar el espacio disponible

Sea en el jardín, en la terraza o encima de un mueble, el jardín zen se construye de la misma manera. Sólo hay que saber el espacio con el que cuentas para adaptar la escala de los elementos. Lo más importante no es el tamaño, sino la tranquilidad del espacio en el que se ubique y el tiempo destinado a su cuidado.

Elige los elementos que vas a utilizar para crearlo

Se debe evitar elegir una gran cantidad de materiales, ya que este jardín se caracteriza por la limpieza y el orden, y no se puede recargar.

Delimita el espacio en el que se va a instalar

Para ello utiliza rocas grandes, plantas o madera que lo aíslen de los elementos cotidianos del hogar.

Prepara el terreno

Hay que aplanar el terreno y eliminar ramas y hierbas.

Colocar arena o grava

Hazlo de forma uniforme, intentando que esté nivelada.

Crea un paisaje estimulante

Coloca todos los elementos de forma ordenada y simple. El jardín zen es flexible, por lo que cada uno puede diseñar la disposición de los elementos y la cantidad de los mismos como más le guste. No obstante, debes tener en cuenta las siguientes consideraciones:

  • Se debe elegir en número impar de rocas y no colocarlas en el centro. La naturaleza es asimétrica.
  • Si se trata de un jardín zen grande, utiliza un árbol o planta de gran tamaño que lo enmarque completamente.
  • Ubica las rocas al fondo para que destaquen.
  • La fluidez y la simplicidad es esencial. No hay que sobrecargar.
  • Rastrilla la arena o grava para representar las ondas del agua y relajarte.
  • Las luces son importantes no sólo para dar luz al jardín durante la noche sino también para crear sombras. Así que no dudes en encender las luces incluso de día. No te imaginas lo bonito que se verá.
  • Para el verde además de la hierba, puedes optar por cañas de bambú, bonsais o pequeños arbustos. Si no tienes suelo donde plantarlas no te preocupes porque quedan genial también en macetas.

Con estas pautas crearás un espacio espectacular que te ayudará a relajarte y a meditar en pocos pasos y muy poco tiempo.


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