Suculentas

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Las suculentas son plantas en las que su raíz, tallo y hojas se han engrosado para permitir el almacenamiento de agua en cantidades mucho mayores que en plantas normales. Esta adaptación les permite mantener reservas de líquido durante períodos prolongados y sobrevivir en entornos hostiles en los que otras plantas no podrían hacerlo. Cultivarlas requiere de paciencia y conocimiento, pero el proceso es muy sencillo y el resultado valdrá muchísimo la pena.

Una composición variada de suculentas tiende a verse bien a simple vista. Muchas tienen forma de roseta y se asemejan a flores. Con tantas formas, tamaños y texturas puedes escoger las suculentas que mejor decoren tus ambientes.

Las especies

Hay miles de especies de plantas suculentas clasificadas en varias familias. La mayoría pertenece a las aizoáceas, las cactáceas, las crasuláceas y las euphorbiáceas, con más de mil especies cada una. No están genéticamente relacionadas entre sí, sino que han desarrollado independientemente rasgos similares para posibilitar la captación de la escasa humedad en el ambiente.

Cada especie ha desarrollado una característica específica para sobrevivir. Las crasuláceas tienen hojas ligeramente enceradas para prever la pérdida de agua, las conophytum presentan pequeñas áreas de evaporación. Otras forman rosetas, como los aloes, con hojas compactas que las protegen del sol. Otro ejemplo es el cactus, que contiene una gruesa capa de tejido parenquimatoso, así como pelillos espinosos que retienen el agua del rocío matutino. Hay otras plantas que crecen en una superficie reducida en comparación con su volumen, lo que limita el número y la longitud de sus ramificaciones.

Entre las plantas suculentas podemos destacar: Aeoniums, Agaves, Aloes, Crassulas, Echeverrias, Cactus, Euphorbias, Haworthias, Kalanchoes, Sedums, Senecio, y Yuccas. Existe una variedad inmensa.

El cuidado

Son fáciles de reproducir a través de puntas y secciones. Se adaptan a gran variedad de climas, desde muy secos hasta muy fríos. Se pueden convertir en una excelente solución de jardín de bajo mantenimiento, ya que decoran y subsisten donde otras plantas han fallado anteriormente.

Algunas necesitan protección de sol fuerte y directo, prefieren ambientes secos. Sin embargo, no importa dónde vivas, se adaptan perfectamente a macetas. Dado a sus formas esculturales y arquitectónicas, es un gusto tenerlas y utilizarlas en la decoración de jardines. Son plantas interesantes, atractivas y habilidosas. No necesitarás pedirle a tu vecino o jardinero que te las cuide o riegue mientras te vas de viaje.

Cuando planees hacer un jardín con suculentas, decide la mejor vista desde el lado de donde más horas luz obtengas, ya que tenderán a orientarse hacia este punto. Las suculentas prefieren suelos arenosos o bien drenados. Para determinar el tipo de suelo, puedes hacer un agujero del tamaño de un galón, llena este con agua. Si drena rápidamente será de tipo arenoso, y si permanece por más de 10 minutos será de tipo arcilloso. Si es de tipo arcilloso deberás agregar arena y broza para ayudar a que este sea más apto para suculentas.

Cuando diseñes tu jardín con suculentas, ten en mente la escala y proporción del crecimiento potencial de las plantas a usar, la repetición deseada de cada planta, los contrastes de colores, considera hacer énfasis en resaltar puntos focales, como árboles, plantas dominantes, fuentes, estatuas y otros; y por último considera la textura de las plantas para buscar más contrastes deseados.

Debes regar tus suculentas en crecimiento una a dos veces por semana. Cuando estas ya estén crecidas o maduras puedes regar cada semana o cada dos semanas.

Adicionalmente puedes usarlas para hacer arreglos vivos, cuadros vivos, centros de mesa bajo vidrios, canastas colgantes, topiarios, bouquet, macetas y un sinfín de diferentes ideas.

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Cómo propagarlas

Una de las formas más comunes y sencillas de propagar suculentas es hacerlo desde sus hojas. Aunque el proceso es simple requiere de cierta dosis de paciencia y ¿por qué no? ¡también de fe!. Los pasos que debes seguir son:

  1. Elige la suculenta que deseas propagar.
  2. Corta sus hojas desde la raíz. Este paso debe hacerse con mucha delicadeza y cuidado.
  3. Ubica un lugar seguro en el interior de tu casa y pon a secar las hojas durante dos días. La clave para saber que están listas es que observarás que se ha formado un callo.
  4. Ahora, llena de tierra arenosa un recipiente (los cartones de huevo son ideales) y coloca las hojas que previamente secaste y presentaron un callo. No olvides que el recipiente debe tener pequeños agujeros para drenar el agua. Colócalas en fila. Ubica el recipiente en un lugar donde reciba suficiente luz en forma indirecta.
  5. Alégrate cuando las hojas se vean rosadas: ¡dentro de poco, echarán raíces!
  6. Rocía las hojas una vez por semana. Espera a que la tierra se seque completamente antes de volver a regar.
  7. Durante las semanas verás cómo van germinando raíces jóvenes seguidas de una o más nuevas rosetas en miniatura. Cuando la hoja madre comienza a ponerse amarilla y se arruga, eso indica que ya puedes trasplantar cada nueva roseta en su pequeña nueva maceta, la cual debe contener siempre tierra arenosa.

El proceso completo dura más o menos dos meses -recuerda que mencionamos que era necesario tener paciencia…- ¡El resultado es incomparable!

Enfermedades y plagas

  • Araña roja: son ácaros que suelen colonizar ciertas especies de suculentas, causándoles daño superficial. Su ciclo de vida es de 28 días. Les gustan las plantas en invernaderos, especialmente en tiempo seco. Son fáciles de identificar debido a una especie de telaraña que adhieren a la planta. Son sensibles al agua y se eliminan con acaricidas, aunque es recomendable cambiar de producto para evitar la resistencia. Toma en cuenta que los insecticidas fosforados y piretroides favorecen su multiplicación.
  • Grandes devoradores: son animales relativamente grandes capaces de causar daños severos e incluso destruir la planta. Dentro de estos se encuentran los caracoles, grillos, pájaros o mascotas, como los perros. En el caso de los caracoles, es recomendable utilizar productos específicos.
  • Quemaduras: la exposición excesiva al sol y la vuelta al exterior en cambios de estación, así como el frío intenso, pueden causar quemaduras superficiales. Es importante aclimatarlas gradualmente.

¿Se pueden prevenir?

Es indudable que con la cantidad de productos disponibles, se puede curar cualquier problema que sufran nuestras suculentas; sin embargo, las cicatrices serán permanentes y arruinarán la estética de la planta. En el caso de los hongos, es suficiente fumigar dos veces al año y revisar periódicamente las raíces de las plantas por las cochinillas. La podredumbre se evita regando las plantas en exceso. El contagio por maceta se evita desinfectándolas antes de reutilizarlas, para evitar transmisión de enfermedades. También se deben desinfectar los utensilios.


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