Laurel

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El laurel común es muy apreciado por su uso como condimento, pero también por su valor ornamental. Es un arbusto muy moldeable, que se puede formar como un arbolito de un único tallo o de varios, pero también como un arbusto o como un seto muy tupido, que incluso permite la aplicación del arte topiario.

Otro uso que se le da al laurel en huertos y jardines, es el de barrera cortavientos, y también de ocultación, ya que no pierde su denso follaje en ningún momento, y a medida que se poda, se va haciendo más tupido.

Lo mejor es que es una planta muy rústica que no necesita grandes cuidados, siempre y cuando se plante en un lugar que se adecue a sus necesidades.

Clima

Prefiere un clima suave, sin grandes bajas de temperatura. El frío intenso puede causarle daños.

Se adapta tanto a climas secos como húmedos. En los primeros crece mejor en zonas frescas de sombra, mientras que en los segundos es mejor colocarlo en zonas que no retengan mucha agua. Puede crecer en semisombra o a pleno sol.

Suelo

Se adapta a cualquier tipo de suelo que no esté encharcado, pero es mejor si está en los que tienen un buen drenaje y aireación. En cuanto al pH, aunque en general es indiferente, hay quienes afirman que crece mejor en suelos ligeramente alcalinos.

Riego

No necesita prácticamente riego, a menos que crezca en una maceta o en un lugar elevado y seco, con suelo muy poco profundo. Siempre que el suelo sea capaz de mantener algo de humedad, no será necesario regarlo.

Es preferible que padezca de sequía antes que de exceso de humedad, así que pon atención en no regar de más, especialmente en suelos y sustratos que no drenan bien el agua.

Abonado

Aunque no es exigente, es importante aportar algo de abono rico en nitrógeno en los primeros años de vida, especialmente si deseas que crezca más rápido. Abona cerca del pie con un poco de abono orgánico: compost, estiércol maduro, gallinaza, etc. mientras el laurel no alcance el tamaño deseado.

Una vez que sus raíces se hayan extendido lo suficiente por el terreno, no será necesario aportar abono, ya que lo que buscas es que se mantengan su forma y tamaño con la menor intervención posible.

Poda

Tolera muy bien cualquier tipo de poda y en cualquier época del año ―excepto cuando hay mucho frío o calor excesivo.

Debes elegir desde el inicio qué forma quieres darle: arbusto sin tronco, arbolito de tronco bajo o alto, de varios troncos, seto, etc. Según la forma que escojas, debes seleccionar los tallos más interesantes y se eliminarán el resto.

Para formar una copa tupida, rebaja con frecuencia las puntas de las ramas. La planta responderá generando bifurcaciones por detrás del corte, lo que hace que se llenen poco a poco los huecos despoblados.

Pero si lo que buscas es que forme un seto, planta una fila de laureles a escasa distancia ―unos 50 cm― y deja que crezcan libremente hasta casi la altura deseada. Mientras, poda los costados si algunas ramas sobresalen. Una vez tengan el tamaño adecuado, con rebajar las puntas a un mismo nivel ― por arriba y por los lados ― se irá haciendo cada vez más denso y su aspecto mejorará con cada poda y rebrote.


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