Jardín sostenible y de bajo mantenimiento

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Ser más respetuosos con nuestro entorno es ya una obligación y un compromiso con el medio ambiente. Algo que sin duda podemos lograr desde nuestro jardín al optar por uno sostenible de bajo mantenimiento. Un término que, aunque a de inicio parece algo muy complicado, es mucho más sencillo de lo que parece. Basta con aplicar la responsabilidad y, de paso, el ahorro.

Lo primero ¿qué es un jardín sostenible?

Lo más característico de un jardín sostenible es que se adapta al clima y las características propias del lugar en el que vivimos. Tratar de tener un jardín lo más alineado posible con la naturaleza autóctona de la zona es esencial para lograrlo. Si empiezas de cero, este tipo de jardines obligan a respetar cualquier manifestación vegetal previa que exista. Es decir si tu jardín cuenta con un árbol en un lugar determinado, para hacer un jardín sostenible de tienes que dejarlo dónde está. La idea es que nosotros nos adaptemos a la naturaleza y no a la inversa.

Otro detalle fundamental es que el mantenimiento genere el menor gasto posible. No solo en términos de agua sino también de luz o, incluso, en lo que respecta al uso de abonos e insecticidas.

Y algo muy, muy importante: acepta que un mínimo de mantenimiento es imprescindible, y tenlo en cuenta antes de diseñar tu jardín. Siempre puedes contar con la ayuda de un profesional.

Los aspectos que hacen que tu jardín además de sostenible sea de bajo mantenimiento

Respeta la forma natural

Si tienes zonas de desnivel, aprovéchalas para tener plantas rastreras. Si tienes zonas elevadas, conviértelas en rocalla. Adapta tu creatividad al espacio que tienes, incluso las áreas de sombra.

¿Por qué plantas autóctonas?

Uno de los puntos clave de un jardín de bajo mantenimiento es la elección de las plantas.

La gran virtud de las plantas autóctonas es que ya están aclimatadas. E incluso, generalmente son especies con una baja demanda de agua y acostumbradas a la sequía. Esto no quiere decir que no puedas tener plantas no autóctonas, pero sí las escoges fíjate que compartan las mismas necesidades de las que sí lo son.

Diseña tu jardín para utilizarlo todo el tiempo posible

En nuestro clima, casi todos los días del año pueden ofrecernos algún momento para pasar en el jardín. De este modo, no abandonarás el jardín durante demasiado tiempo y se irán subsanando los problemas según van surgiendo. El propio uso hará que el jardín mejore constantemente, en vez de perder atractivo y utilidad.

Deja la grama en un segundo plano

Es, quizá, una de las grandes renuncias cuando te plantees hacer un jardín sostenible de bajo mantenimiento. Tener un manto de grama en perfecto estado supone un gasto importante de agua y mucho trabajo. Sobre todo, si optas por semillas ornamentales que no están aclimatadas a tu zona.

Esto no supone que te olvides completamente de la grama, es solo acotar los metros cuadrados de esta dándole más espacio a otros conjuntos decorativos. Es un buen momento para plantearse hacer caminos o para saber cómo hacer una rocalla para el jardín, ya que es una alternativa perfecta a la grama en cuanto a belleza del conjunto. Pero además de esto, tampoco está de más optar por semillas de grama de menor mantenimiento.

Un sistema eficiente de riego

Hacer un uso coherente y respetuoso del agua no solo hace tu jardín sostenible, sino también de bajo mantenimiento. Y no solo apostando por plantas autóctonas o una grama poco exigente, sino también contando con un sistema de riego eficaz que te permita mantener hidratadas tus plantas sin mucho trabajo.

Una gran opción para este fin es el riego por goteo o algún tipo de sistema que permita reciclar el agua de más que usas para regar. Y una que va un poco más apegada a lo sostenible, sería recoger el agua de lluvia, y volver a utilizarla para regar.

Muebles de jardín resistentes y ecológicos

Otro aspecto que te ayudará mucho al bajo mantenimiento, y de paso te acercará más a la sostenibilidad, es elegir muebles de jardín resistentes.

Si tu espacio es totalmente abierto es importante tener en cuenta algunos puntos. El primero es que la mayoría de los muebles de exterior están pensados para utilizarse en porches, no expuestos totalmente al sol y a las inclemencias del tiempo. Solo las mejores marcas fabrican mobiliario capaz de resistir estas condiciones y su costo se dispara.

Una solución económica y eficaz es volver a materiales tradicionales: el hierro, la madera (para que sea sostenible asegúrate de cuál es su origen), la piedra, las hamacas textiles…

Decorar exteriores requiere tener en cuenta la durabilidad y la evolución de los materiales. A veces queremos aplicar unos estándares de confort al mobiliario de jardín que corresponden más a un interior, pero que no son realistas e incurren en gastos innecesarios de mantenimiento. Evita esto.

Tratamientos naturales para tus plantas

Está claro que, en muchas ocasiones, eliminar las plagas del jardín nos obliga a utilizar formulaciones específicas. Pero, incluso en ese caso, puedes apostar por insecticidas o fungicidas ecológicos.

Tampoco está de más plantearse tener un compostador para reciclar todos los desechos vegetales, y darles una segunda vida transformándolos en abono natural.

Lee nuestro artículo: Compost paso a paso.

Opta por luces de alimentación solar o bajo consumo

Para que la iluminación sea lo más respetuosa posible, lo ideal es elegir luces solares. Algo que no siempre es viable, y es por eso que una opción amable puede ser un sistema LED.

La iluminación de jardín ha dado un vuelco con la llegada del LED y nuevos modelos de lámparas en materiales resistentes, permitiendo disfrutar de una iluminación completa del jardín con un consumo reducidísimo. Busca en tus luminarias el grado de protección homologado para exteriores. Puedes instalar un temporizador y un sensor de luz para encender y apagar la iluminación y que te reciba siempre encendido al llegar a casa.

Y así con estos pasos, tu jardín no solo será de bajo mantenimiento, algo que es muy favorable para ti, sino que será amable con el planeta.


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