Fotografía: Jay Wilde / Better Homes & Gardens
El blanqueador es un elemento básico en la mayoría de los kits de limpieza de todas las casas, pero elegir el tipo correcto puede ser lo complicado: ¿blanqueador con cloro o blanqueador con oxígeno?
Hemos investigado y esto fue lo que descubrimos. Sigue estos tips y escoge el más conveniente según tus necesidades con esta guía rápida.
Blanqueador con cloro
La ventaja: es super poderoso, ya que no solo blanquea, sino que también desinfecta y desodoriza. Se puede usar en todos los materiales lavables excepto en seda y lana.
La desventaja: puede debilitar las telas. Es un compuesto muy fuerte, así que no olvides usar guantes cuando lo apliques y ventilar las áreas en donde lo has usado.
Útil para: desinfectar superficies y utensilios, desaparecer criaderos de insectos, alargar la vida de las flores cortadas, combatir hongos en paredes y azulejos, purificar cristales, blanquear la porcelana, etc.
Cómo usarlo: si tu lavadora no tiene un dispensador de cloro, espera 5 minutos para agregarlo al ciclo de lavado. Si lo haces desde el inicio, antes o junto al detergente, se destruyen enzimas y blanqueadores del detergente.
Blanqueador de oxígeno
La ventaja: es más suave y menos tóxico que el cloro. Se puede usar en todas las prendas lavables, aunque funciona mejor para los colores.
La desventaja: no es tan poderoso como el cloro para sacar manchas.
Útil para: sacar manchas de residuos orgánicos, como comidas, bebidas, pasto, tierra y fluidos corporales. Aunque puede atenuar las manchas de grasa y sustancias sintéticas, no siempre las elimina por completo.
Cómo usarlo: viértelo en el agua antes de agregar el detergente y la ropa. Usa agua tibia o caliente ya que es menos efectivo en frío.
Si lo que necesitas es sacar manchas de sangre o sudor, no es indispensable usar cloro. Una forma natural de deshacerte de ellas es poner toda la ropa manchada junta en una olla grande con agua y unas rodajas de limón, dejar hervir durante unos minutos y ¡listo!