En la lavandería ¡el chicle es el enemigo número uno! Es una cosa pegajosa que se adhiere a la tela fuertemente y se niega a salir, hasta que conoces estos trucos.
La clave para que salga es saber restarle adherencia antes de removerlo.
Congélalo
Uno de los secretos más efectivos para deshacerte de este problema es pasar un cubo de hielo por un par de minutos sobre el chicle pegado. Luego que este se endurezca utiliza una cuchara, cuchillo romo (sin punta) o raspador de pintura para removerlo. Debes hacerlo rápidamente, antes de que se vuelva a calentar y se ablande. Si pones un cubito de hielo en ambos lados de la tela o prenda, con el chicle en el medio, el proceso se acelerará. Verás que será muy fácil y casi se desprenderá solo.
Otra manera de lograrlo es, si tienes acceso a una refrigeradora un poco vacía, poner la ropa en una bolsa plástica en el congelador y dejarla durante unas horas hasta que el chicle esté duro. Utiliza unas pinzas para retirarlo. Toma en cuenta que en tejidos o bordados, debes tener cuidado de no tirar ningún hilo mientras lo levantas de la ropa.
Derrítelo
Una secadora de pelo es suficiente para derretir el chicle sin quemar la ropa. Cuando esté casi derretido, remuévelo de la superficie. Te recomendamos usar guantes o proteger tu mano con una bolsa plástica, ya que el chicle puede estar muy caliente.
Plánchalo
Pon un pedazo de cartón limpio en una superficie plana o una tabla de planchar. Coloca la prenda con el chicle hacia abajo sobre el cartón. Pon la plancha a temperatura media (si está muy caliente, el chicle se pondrá muy pegajoso, si está muy baja no será suficiente) y plancha la prenda por detrás. Una vez que se haya ablandado, debería quedar pegado en el cartón, permitiéndote remover la prenda suavemente. Puede tomar unos minutos, sé paciente.
Finalmente, una vez que hayas removido completamente el chicle, lava la ropa como de costumbre, a mano o en la lavadora.
