Olvídate de los maratones de limpieza, pocos minutos al día son suficientes para mantener tu casa a punto. Este es el plan:
La noche anterior
Nunca te saltes la rutina de la noche, es la clave del éxito para este plan. Recoge antes de irte a dormir, es decir, jamás dejes la mesa con los platos que usaste, paquetes sin ordenar, cosas regadas, etc. Verás lo fácil que te resultará arrancar al día siguiente.
La cocina
¡Déjala limpia y en orden!, no hay excusa… recoge la mesa, pon el lavaplatos, lava los utensilios y deja el top despejado. Te sentirás de maravilla cuando vayas a preparar el desayuno.
Haz la cama
Tu habitación se verá ordenada automáticamente. Mientras la haces puedes hacer funcionar la lavadora…
Limpia el baño al ducharte
No hablamos de la limpieza profunda, pero es importante que lo seques todos los días al terminar de ducharte. Lo mismo con el lavamanos, pasa diariamente un paño humedecido en agua jabonosa y friega. Sécalo después de cada uso. Esto no solo reducirá la posibilidad que el piso se ensucie con el tránsito sino que además estará más presentable.
Divide las tareas
Divide tu casa por zonas. Pueden ser: cocina y lavandería; recibidor, sala y comedor; dormitorios y baños; y al final: estudio. Pero puedes hacerlo a tu conveniencia. Esto te permitirá programar y avanzar con más facilidad.
Usa un timer
Programa una alarma para controlar el tiempo que dedicas a cada tarea. Te ayudará a olvidarte del perfeccionismo. No te pases de ese tiempo.
Antes de limpiar, ordena…
Orden y limpieza deben ir siempre de la mano. Si no es así, te recomendamos dedicar al menos 10 minutos al día hasta lograr tener todo ordenado. Al asignar sitios fijos para ciertas cosas limpiar será más fácil. Sé muy disciplinada en este punto.
El orden también facilitará la limpieza de superficies y la hará menos trabajosa.
Erradica las zonas de “foco” de desorden
Mesas auxiliares, sillas, el recibidor, cualquier superficie que atraiga papeles, hasta la mesa del comedor, puede convertirse en esto… Para acabar con ellas, dedica cada noche unos minutos a organizar una. Revisa correspondencia, guarda revistas, juguetes, chaquetas, etc… Si eres constante, desaparecerán.
Seca, dobla, guarda
¡No te saltes ningún paso de estos!, y pon cada día dentro de tu rutina una lavadora por la mañana. No vayas acumulando la ropa pendiente de ser doblada o pronto se convertirá en una montaña.
Regla de oro: Mantén lo que has conseguido
Pasa un paño por las superficies que ya has limpiado y que se ensucian más; y si algún día no puedes hacerlo todo, solamente prioriza: lo más importante son la rutina nocturna y controlar los focos de desorden, con esto el éxito lo tienes asegurado y tu rutina de limpieza será mucho más rápida.
