Girasoles

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Los girasoles reciben su nombre porque las cabezas de sus flores giran hacia el sol todos los días. Son plantas anuales, lo que significa que completan su ciclo de crecimiento en un año. Por lo tanto, crecen rápido y típicamente alcanzarán su madurez de floración alrededor de los 80 a 120 días después de que germinen sus semillas. Deben plantarse en la primavera.

Los únicos requisitos obligatorios para el cultivo de girasoles son un lugar soleado y un suelo bien drenado. Si es posible, selecciona un lugar que esté protegido de vientos fuertes porque estos podrían derribarlos.

Recuerda que pueden volverse muy pesados en la parte superior cuando florecen, así que una buena idea es plantarlos en grupos, para que puedan apoyarse entre sí contra el viento y la lluvia. Generalmente se deben estacar, especialmente las variedades altas, para que sigan creciendo en posición vertical; solamente ten cuidado al insertarlas, para no dañar sus raíces.

A los girasoles no les gusta compartir su espacio con las malas hierbas, por esta razón es muy importante que mantengas limpio el jardín. Colocar mantillo a su alrededor ayudará tanto a mantener la humedad del suelo como a eliminar las malas hierbas.

Luz

Para obtener la mejor floración y los tallos más resistentes, planta tus girasoles a pleno sol, es decir, al menos seis horas de luz solar directa la mayoría de los días. Debido a que son heliotrópicos (sus flores siguen el sol), una amplia exposición al sol los ayudará a permanecer rectos en lugar de inclinarse hacia la dirección donde predomina la luz.

Sustrato

Los girasoles crecerán en casi cualquier suelo, ya que pueden tolerar suelos pobres y secos. Sin embargo, lo harán mejor en suelos bien drenados que contengan una buena cantidad de materia orgánica.

Riego

Aunque tolera las condiciones secas, regar los girasoles con regularidad les ayudará a la floración (a menudo dejan de florecer durante los períodos de sequía). Deja que la parte superior de 1 a 2 pulgadas de tierra se seque entre riegos. Si los girasoles están caídos y el suelo está seco, suele ser una señal de que necesitan más agua.

Temperatura y humedad

Las temperaturas óptimas para su cultivo son entre 70ºF y 78ºF. Pero son tolerantes a las altas temperaturas siempre que se satisfagan sus necesidades de humedad. También pueden soportar ambientes algo fríos, pero soleados. Además, son tolerantes a la alta humedad, pero deben tener un suelo bien drenado y una buena circulación de aire para prevenir la pudrición de la raíz y otras enfermedades.

Fertilizante

Utiliza un fertilizante con alto contenido de fósforo y potasio, la fórmula perfecta para que den esas maravillosas flores. Si tienes un suelo rico y arcilloso, es posible que no necesites complementar con fertilizante. Pero si están en un suelo pobre, aplica un fertilizante de liberación lenta a partir en primavera. Ten mucho cuidado con sobrealimentar tus plantas, porque los tallos se volverán delgados.

Propagación

El método más fácil de propagarlos es recolectar algunas de las semillas y guardarlas para plantarlas la primavera siguiente. Las flores deben comenzar a madurar a principios del otoño. Cuando esto suceda, las cabezas girarán hacia abajo y los floretes del disco central se marchitarán. La única forma segura de saber si las semillas están listas para cosechar es sacar algunas y abrirlas. Si los granos de las semillas dentro de la cáscara están gruesos ¡es el momento adecuado!

Para cosechar, corta toda la cabeza de la flor con aproximadamente 1 pie de tallo adherido y cuélgala en un lugar cálido, seco y ventilado, lejos de insectos y roedores. Cubre las cabezas de las semillas con una gasa o una bolsa de papel para atrapar aquellas sueltas. Cuando las semillas estén completamente secas, se podrán quitar fácilmente de la cabeza de la flor. Selecciona las más grandes y gruesas —serán las que tendrán más oportunidad de germinar—, y guárdalas en un lugar seco y fresco hasta que las siembres.

Plagas y enfermedades comunes

A las aves y a los roedores les gustan mucho las semillas. Si deseas guardar semillas para plantar, cubre las cabezas de las flores con una red para protegerlas. Además, la polilla del girasol deposita sus huevos en la planta y las larvas se alimentan de las cabezas de las flores, haciendo túneles y dejando agujeros en las semillas. Es posible que también tengas problemas con los escarabajos u orugas que comen follaje.

Los girasoles también pueden ser propensos a enfermedades fúngicas, como el mildiú polvoroso. Para evitarlo, proporciona una circulación de aire adecuada alrededor de tus plantas y aplica un fungicida de jardín tan pronto como detectes los primeros signos de infección.

¿Pueden cultivarse en macetas?

¡Sí! Una de las claves para obtener un girasol de aspecto increíble y muy saludable es tener especial cuidado al escoger el tamaño de la maceta en donde vas a tenerlo. No debe ser ni muy grande ni muy pequeña, elige una en tamaño intermedio en donde la planta quepa adecuadamente, pero que no le sobre demasiada tierra ni espacio.

También es muy importante que cuente con bastante profundidad y que tenga un diámetro de aproximadamente 30 centímetros en total.

Pero ¿por qué es tan importante hacer una buena elección de la maceta desde el principio? Sucede que los girasoles no suelen soportar bien este tipo de procesos por lo que difícilmente sobrevivirán a él. Una vez que te has decidido a producir un girasol en maceta debes hacerlo en el recipiente definitivo en donde quieres que crezca.

Además sigue estos tips:
  • Elige el ejemplar adecuado, uno que no pase de los 30 centímetros de alto. Entre ellos están los girasoles “pacino”, “sunspot” y “sonriente”.
  • Durante sus primeras etapas de crecimiento el girasol en maceta necesita mucha agua y se debe regar frecuentemente, evitando el encharcamiento, ya que esto hará que se pudra el tallo de la planta y que termine por morir.
  • Para que un girasol siga desarrollándose la tierra en la que se planta debe ser sumamente fértil. Por eso te recomendamos colocar abono o materia orgánica en la maceta para brindarle todos los nutrientes que necesita.
  • Se puede colocar más de un girasol por maceta, aunque no se recomienda que sean más de tres, siempre respetando el diámetro mencionado, ya que esta planta necesita bastante espacio y profundidad para sobrevivir.

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