Tipos de riego para tu jardín

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¿Quieres saber cuál es el mejor sistema de riego para tu jardín? Cada planta tiene necesidades diferentes que varían a lo largo del año, no solo por el clima sino también por su ubicación en el jardín.

Lo fundamental a la hora de elegir un sistema de riego, es que busques uno que sea eficiente. Piensa cuál aporta a tus plantas el agua que necesitan, teniendo en cuenta la cantidad y la frecuencia, además de intentar que el volumen de agua desperdiciado sea el menor posible.

Por goteo

En este sistema el agua se aporta directamente al pie de las plantas a través de una instalación de tubos que van dispuestos en el suelo o enterrados. También existen goteros individuales para las plantas que están en maceta.

Es un sistema de alta eficiencia para el jardín. Consigue minimizar las pérdidas por evaporación, dispersión o infiltración ahorrando gran cantidad de agua. Se riega con mucha precisión, manteniendo un buen nivel de humedad en la tierra sin producir charcos. Además al regar únicamente las zonas que lo necesitan contribuye a limitar la aparición de malas hierbas.

Entre los inconvenientes que presenta está la posibilidad de que se obstruyan los orificios e incluso el propio tubo de riego. Para evitarlo es importante que la instalación sea correcta y le des mantenimiento al sistema de riego.

Por exudación

Es un sistema similar al riego por goteo, pero menos preciso y eficiente. La principal diferencia es que en este se utiliza una manguera porosa que exuda agua a lo largo de toda su superficie generando una línea de riego continua.

Por aspersión

Este sistema imita la caída de lluvia fina. La instalación se compone de tuberías o mangueras conectadas a aspersores que pulverizan el agua sobre las plantas. Puede ser fijo o móvil y puede servir para regar diferentes tipos de jardín. Los aspersores son sistemas de riego de gran alcance. Encontrarás varios tipos: rotativo, sectorial y oscilante.

El riego por aspersión es uniforme pero es importante ajustar bien la orientación y potencia de los aspersores para no provocar encharcamientos o falta de agua en determinadas zonas. Es un sistema muy popular para jardines con grama, sin embargo para plantas en las que no es recomendable mojar sus hojas, puede provocar enfermedades. Ten cuidado con esto.

Con difusores

Se trata de un sistema muy parecido al riego por aspersión, pero en lugar de utilizar aspersores para el riego se utilizan difusores que permanecen ocultos en el suelo y emergen con la presión del agua al comenzar el riego. Estos pueden ser rotativos o fijos. La principal diferencia con los aspersores es que tienen un alcance menor, el radio de riego oscila entre los 2 y 5 metros. Su uso es recomendable para zonas estrechas y resulta muy eficiente para el riego de la grama.

Con manguera

El riego con manguera exige más tiempo, esfuerzo y constancia. Es un sistema versátil y que no requiere de una inversión inicial, eso sí, es la forma de regar con la que más agua se desperdicia. Regando con manguera no se consigue una buena uniformidad por lo que no es recomendable para jardines con grama.

Todos estos sistemas de riego se pueden automatizar para aumentar su eficiencia. Si tienes poco tiempo para regar el jardín puedes colocar un programador electrónico en el grifo, te permitirá seleccionar la duración del riego, presión y frecuencia.

La mejor hora para regar es en la mañana, o la hora más fría del día. Los riegos durante la noche pueden atraer animalitos o plagas.

¿Sabías que…?

Cada planta necesita diferente cantidad de agua, es aconsejable dividir el jardín por zonas y planear el riego. Las plantas cerca de la casa deben ser aquellas que necesitan riego más seguido. Siembra en los lugares más lejos de la casa las que no necesiten agua tan a menudo. Los semilleros se riegan inmediatamente después de resembrarlos. La tierra debe permanecer húmeda cuando las plantas estén en crecimiento. Procura no mojar el follaje o mojar mucho la tierra.


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