Guía de la pimienta

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La pimienta es la reina de las especias, en grano, en polvo o recién molida; sería ideal tener en nuestra despensa al menos las cuatro variedades principales, y si es posible en sus diferentes presentaciones. El toque picante que aporta a los alimentos hace que se potencie su sabor, así que con solo agregar una pizca puede convertir un plato soso en uno muy apetecible.

Un dato curioso sobre la pimienta es que existen unos 700 tipos de esta. Te contamos sobre algunos de ellos, los más comunes de encontrar, su procedencia y los usos más recomendados.

Tipos de pimienta

Las distintas variedades de pimienta tienen grados de picante diferentes, aumentan en intensidad de la negra a la verde, siendo la blanca la de punto intermedio.

Negra, blanca, verde y rosa

Aunque se ven distintas, estas pimientas se extraen de la misma baya. Lo que les da su color característico es que se recolectan en diferentes momentos de maduración y se procesan de distinta manera.

Negra

Se obtiene al recolectar las bayas antes de que estén maduras, para luego dejarlas secar y que adquieran el color negro y la textura arrugada.

Perfecta para: añadir molida a todo tipo de platos, aderezos y vinagretas, salsas y adobos, y al hacer embutidos. Cuando la usas entera es ideal para sazonar caldos, guisos y estofados.

Blanca

Esta pimienta se obtiene cuando se dejan madurar las bayas en la panta, luego se ponen en agua para que se desprenda la piel, quedando el grano interior que es de color blanco. Es más picante y con menos aroma.

Perfecta para: contrastar con otros ingredientes cuando preparamos salsas. Dar sabor a salsas a base de crema, mayonesas, pescados o mariscos como las almejas. Algunos la utilizan para masas de pasta, obteniendo muy buenos resultados.

Verde

Se recolecta cuando las bayas todavía están verdes. Es de aroma suave, dulzón y frutal, parecido al del clavo de olor aunque más picante. Su sabor es menos fuerte que el de la pimienta negra.

Perfectas para: pescados y carnes.

Rosada

Es la llamada “pink peppercorn”, proviene de la bayas que se recogen muy maduras, es más suave que la negra y con un sabor muy parecido al del pimiento con algunos toques cítricos, fresco, afrutado y ligeramente picante.

Perfecta para: usar en ensaladas y platos suaves, como pescados al grill o cócteles de mariscos. Es importante controlar la cantidad que utilizas, ya que en exceso puede ser tóxica.

Especias derivadas

Hay algunas especias derivadas de otras bayas que se comercializan como pimienta, aunque no lo sean, pero que también aportan mucho sabor a tus comidas. Estas son algunas:

Maniguete

Es más pequeña que las bolitas de pimienta negra, de sabor más suave y menos intenso que se asemeja mucho al coco.

Perfecta para: platos en los que necesites contrastar el sabor, pero quieras un picante más leve. La sopas se favorecen mucho.

De cayena

También es conocida como pimienta roja. Se obtiene de diversas variedades de chiles que se secan y muelen. Es muy picante y de aroma intenso.

Perfecta para: aportar color y sabor a cualquier tipo de plato que lleve carne, pescado o verduras.

De jamaica

Llamada pimienta inglesa, es más grande que la pimienta negra, pero con un sabor y aroma delicado.

Perfecta para: resaltar sabores en la repostería.

De sichuan

Proviene de China, es muy, muy picante y con un aroma amaderado muy característico.

Perfecta para: salsas y currys  que quieras que tengan un toque muy picante, o a recetas de estofados que necesitan un toque perfumado.

Aprovecha al máximo su sabor y aroma

  • Nunca compres pimienta molida, siempre en grano, ya que se debe usar recién molida porque al molerla se liberan sustancias aromáticas que se evaporan rápidamente.
  • Si la usas molida, evita su cocción y añádela directamente sobre los platos ya preparados.
  • Si la usas en granos enteros, es perfecta para cocciones largas como los guisos, estofados, encurtidos, compotas, caldos, etc.

Para conservarla

Guárdala en recipientes herméticos, en un lugar frío y oscuro, que no esté cerca de la estufa. Para molerla hazlo con un mortero, pero si optas por un molinillo, escoge uno pequeño para que no queden granos por mucho tiempo en él, porque perderán su aroma.


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