Olla de cocción lenta

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Las ollas de cocción lenta nos recuerdan aquellos guisos que se hacían durante horas al fuego y que un día desaparecieron con las prisas y la vida moderna. Hace milagros con las legumbres, las carnes y los guisos, porque los deja muy suaves y con mucho sabor.

Está compuesta de dos partes: una carcasa de metal con alimentación eléctrica y un recipiente extraíble de material cerámico con tapa. Permite cocinar mediante una temperatura que sube de manera lenta y gradual hasta alcanzar, tras un período prolongado de funcionamiento, un máximo entre 95 o 100°C.

Tips para aprovecharla al máximo

  • Escoge platillos con alto contenido de humedad, como sopas y estofados para cocinar lentamente. La humedad genera vapor, que facilita la cocción y aumenta la temperatura arriba de la zona de peligro (+ 60°C) rápidamente.
  • No uses ingredientes congelados.
  • Corta las carnes en trozos pequeños para asegurar un cocinado completo. No intentes cocinar un pollo entero o trozos muy grandes de carne, ya que esta olla no puede calentar grandes piezas de carne lo suficientemente rápido para evitar el riesgo de contaminación.
  • No la llenes de más. Llénala a no menos de la mitad y no más de dos terceras partes de su capacidad total.
  • Evita destapar la olla durante el tiempo de cocinado porque pierde calor y esto hará que no se cocinen bien los alimentos. Destápala hacia el final del tiempo total de cocinado para verificar si está listo lo que preparas.
  • No la uses para recalentar comida, toma demasiado tiempo para alcanzar una temperatura segura. Pero sí puedes usarla para mantener la comida caliente hasta 2 horas antes de servir.

Cuidados

  • Antes de limpiarla déjala enfriar por completo. Evitarás que se rompa al exponerla a variaciones bruscas de temperatura durante la limpieza.
  • Para mantenerla nítida, sin cambios de aspecto, pérdida de brillo, etc., lávala a mano, sécala de inmediato y vuelve a ponerla en la carcasa.
  • Cuando queden restos de comida pegados ponla en remojo con agua caliente y un poco de detergente lavavajillas (muy poco) durante 30 minutos. Luego pasa una esponja, lávala por completo y sécala.
  • La carcasa también requiere de cuidado y limpieza. Chequéala después de cada uso, desconéctala y cuando esté fría pásale un paño o esponja suave húmeda y sécala.
  • Después de cocinar algunos tipos de legumbres, pueden aparecer unas manchas blancas en las paredes del recipiente. No te preocupes, desaparecerán al volver a cocinar, pero si quieres eliminarlas antes de volver a usarla, pasa un paño con vinagre puro por las paredes, añade agua hasta cubrirlas y deja en remojo durante varias horas.

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