Preparar micheladas tiene su secreto. Lo primero es saber qué cerveza usar y luego escoger qué versión harás de este cóctel: la tradicional, las que tienen sabores de fruta —como mango y tamarindo—, una picosita o si harás una con tu toque personal.

Aunque todos podríamos ser expertos en Micheladas, nunca está de más tomar nota de tips que puedan servirte para que cada vez te salgan mejor. Hicimos un listado con algunos que son muy fáciles de implementar.

Los tips

Pon en el congelador los vasos que vas a utilizar (eso hará que la temperatura de la cerveza baje al instante de servirse) y cubre el borde con limón y sal. Puedes agregarle a esta mezcla chile en polvo o tajín.
Usa jugo de tomate, de vegetales o clamato, muchos de estos ya vienen preparados y con picante. Esto aporta mucho a la michelada, ya que serán pequeños los ajustes que tendrás que hacerle.
Si usas jugo de tomate simple, agrega un mix, que es el condimento líquido concentrado, .
La salsa inglesa no puede faltar.
Usa vasos del tamaño de una pinta para que no te sobre cerveza en la botella, porque el sabor cambiará radicalmente cuando le agregues el líquido sobrante.
Usa siempre limones naturales. El químico con sabor a cítrico se nota.
Si vas a ponerle orilla de chamoy, te recomendamos que lo prepares en casa. Esta es la receta:

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Chamoy

Raciones ml

Ingredientes

1 taza de duraznos deshidratados
1 taza de arándanos deshidratados
1 taza de flor de jamaica lavada con agua
3 tazas de agua
½ taza de azúcar o el endulzante de tu preferencia
¼ taza + 2 cucharadas de chile en polvo puedes utilizar Tajín
¼ taza de jugo de limón
1 cucharadita sal

Elaboración paso a paso

En una olla pequeña agrega los duraznos, arándanos, jamaica y agua. Lleva a fuego medio y deja hervir por 10 minutos.
Retira del fuego y transfiere a una licuadora. Añade el azúcar, chile en polvo, jugo de limón y sal. Licúa de nuevo hasta obtener una pasta homogénea.
Conserva el chamoy en un recipiente hermético en la refrigeradora.

Un tip básico: siempre inclina el vaso cuando sirvas la cerveza y vierte el líquido lentamente. Así no se subirá tanto la espuma, ni se te regará el contenido.
Dependiendo tu gusto y la temperatura de tus vasos, decide si ponerle o no hielos. Si lo haces, procura que sean bloques grandes, para que no se derritan tan rápido y disuelvan mucho el sabor de tu preparación.