Ingrediente: alcachofas

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Cocinar una buena receta con alcachofas comienza sin duda seleccionándolas bien. Pero ¿en qué exactamente te debes fijar? Estos son los 4 puntos clave que necesitas saber:

  1. Las hojas: una de las señales de la frescura de una alcachofa es el estado de sus hojas. Fíjate en las que no tengan las hojas separadas ni estén blandas, el tallo también debe ser firme.
  2. Su apariencia: escógelas de color verde brillante y sin manchas negras o marrón, ya que las alcachofas con estas características generalmente no son frescas.
  3. El tamaño: las mejores son las pequeñas o medianas, porque las de mayor tamaño pueden resultar un poco duras. Aun así, asegúrate de que las alcachofas tengan un peso apropiado, ya que esta es una señal de que tienen carne.
  4. Para comprobar su frescura: Solo dobla una hoja exterior, si se rompe fácilmente, la alcachofa está fresca. Pero si la doblas y vuelve a su sitio, no lo está. También puedes apretar la alcachofa cerca de tu oído, y escuchar si hace un crujido, lo que indica que aún está fresca.

Cocínalas así

Empieza cortando el tallo, aunque dejando un trozo, para desperdiciar un poco menos.

Retira las capas externas hasta ver en la base las primeras hojas de color blanco. Con un pelador (es más fácil que con un cuchillo), pela lo que has dejado de tallo y la base, retirando la parte más áspera. Es posible que alguna de las hojas que dejaste tengas que quitarlas en este punto.

Corta las hojas por la mitad de la flor, más o menos por donde calcules que las hojas ya son más suaves y quedarán comestibles. Lava bien debajo del chorro de agua, apretando la alcachofa con las manos para que entre el agua entre las hojas.

Escurre, cortamos en mitades o cuartos. El tiempo de cocción de las alcachofas varía un poco en función de su tamaño. Generalmente para una de tamaño normal (como una pelota de tenis o un poco más pequeña) se debe dejar cocer unos 25 minutos en una olla normal y pincharlas con un cuchillo a los 20 minutos y comprobar que estén tiernas. En olla de presión estarán listas en unos 15 o 16 minutos.

En microondas, colócalas en un recipiente adecuado con un chorro de aceite de oliva extra virgen y un poco de sal. A máxima potencia estarán en unos 10 minutos. Puedes ponerlas 5 minutos, removerlas y dejar otros minutos, comprobando si siguen duras o ya están listas.

Tip: a la hora de preparar las alcachofas ten en cuenta que poseen un colorante muy fuerte que ennegrece las manos, especialmente tiñen de negro el interior de las uñas. Como resulta muy difícil de eliminar, es mejor prevenir, así que es mejor que uses unos guantes para realizar esta tarea.

¿Cómo se conservan?

Una vez cortadas, las alcachofas se oxidan con facilidad, para evitarlo, lo mejor es ponerles unas gotitas de limón, colocarlas en un recipiente hermético o en una bolsa ziploc y guardarlas en la refrigeradora. De esta manera podrás conservarlas hasta una semana.

También puedes congelarlas, lo que es un truco genial para poderlas saborear fuera de temporada. Podrás congelarlas en crudo o un poco cocinadas. Lo primero será limpiarlas, quitarles las hojas y partes más duras y cortarlas en trozos de la medida que prefieras. Una vez listas, las puedes guardar en bolsas o recipientes para congelar y meterlas al freezer. También puedes escaldarlas cinco minutos en una olla con agua hirviendo. Una vez secas y frías, podrás congelarlas.


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