El extractor de olores o campana extractora, a pesar de ser uno de los elementos más olvidados, realiza una excelente labor como ayudante en el trabajo gastronómico. Es por eso que darle mantenimiento técnico es importante, pero también limpiarlo y darle un mantenimiento más cotidiano.
El proceso
1. Llena una olla con dos o tres litros de agua y el jugo de tres o cuatro limones, dependiendo la cantidad de agua. Llévala a punto de ebullición por 15-20 minutos sin tapar y enciende el extractor. Debes estar pendiente que el agua no se vaya a consumir. El vapor del agua con limón se irá impregnando en la campana de la misma manera como lo hace la grasa.
2. Si ya pasaron los 15-20 minutos, apaga la hornilla, desenchufa el extractor y procede a limpiar: con una toalla de cocina, retira toda la grasa del exterior que se haya soltado con el vapor, será muy fácil de quitar. Retira todas las piezas desmontables dejándolas en remojo en la pila o lavatrastos con un algún jabón líquido antigrasa.
3. A un paño húmedo imprégnale un poco de vinagre, solo humedécelo, y pásalo por la zona interna. Ten cuidado porque es la zona del motor, ayúdate con un cepillo para llegar a las zonas menos accesibles.
4. Ahora limpia el filtro. Revisa de qué material está hecho, verifica en el manual del fabricante. Si es de fieltro, lávalo a mano y déjalo secar al aire. Si es de metal, lávalo con detergente y agua caliente. Si es de carbón o papel, debes cambiarlo.
5. Al estar todas las piezas limpias, procede a secarlas muy bien, puedes utilizar un paño absorbente y muy limpio. Para finalizar, ensambla todas las piezas hasta que quede otra vez armado el extractor.
Toma en cuenta
- Debes hacer la limpieza de tu extractor por lo menos una vez al mes, para garantizar así su buen funcionamiento: (eliminar vapores y olores).
- La parte exterior de acero, debes limpiarla con un paño de microfibra o algodón, o una toalla de papel que no sea áspera para evitar rayones.
- Si tu filtro es de carbón, debes cambiarlo cada año.
