La KitchenAid durante años ha sido una herramienta esencial en cocinas tanto profesionales como caseras, ya que es la máquina favorita de cocineros profesionales y amateurs.
Una de sus grandes ventajas es que automatiza los procesos que requieren de constancia y fuerza en la cocina, y lo hace estupendamente, ya que introduce aire en las mezclas que lo requieren. Tiene una gran potencia de amasado cuando la mezcla es muy densa, y puede batir muy rápido o poco a poco según lo requieras.
En definitiva, es una gran ayuda, ya que puede batir desde unas claras a punto de nieve mientras añades los ingredientes para un pastel, ¡y un largo etcétera sin ensuciar la cocina! Además, sus funciones no se limitan a la repostería, también sirve para hacer cremas, salsas y purés de todo tipo. Sin olvidar los múltiples aditamentos que puedes adaptarle: exprimidor, spirilizer, moledor de carne, set de pasta, etc.
Si está en tus planes comprar una, hoy te contamos un poco de la historia y algunos detalles ¡que te harán amarla más!
1. Un gracias que se convirtió en historia
Después de ver el gran esfuerzo que suponía para un panadero amasar por horas a mano, Herbert Johnson creó la mezcladora automática, pero fue hasta 6 años más tarde de la aparición de ésta, que Hobart, la compañía para la que trabajaba, creó una versión más compacta para el público en general.
Para probarla, le pidieron a la esposa de uno de sus ejecutivos que la utilizara, y ella quedó encantada, por lo cual expresó: ¡Este es el mejor ayudante de cocina que he tenido! Que en inglés se traduce: it’s the best kitchen aid I’ve ever had. De allí el nombre de esta maravilla.
2. ¿Te parece cara?
Actualmente el precio de una KitchenAid oscila entre $ 300 a $ 500, o $ 999, si quieres que en tu cocina luzca el modelo más reciente en color negro mate. Pero cuando se introdujo en los años 20 su precio de venta fue de $200, que actualmente equivalen a unos $ 2,700…
3. Combínala con lo que quieras
¿Quieres que combine a la perfección con tus paredes o la decoración?, ¡es totalmente posible! La Artisan KitchenAid, que es el modelo estándar, está disponible en 36 colores y puedes encontrar tonos de edición limitada… ¡qué maravilla!
4. Hay un modelo que se adapta perfectamente a ti
KitchenAid tiene dos clases de amasadoras, las de cabezal que se abate hacia atrás (tilt-head) y las que no tienen un cabezal abatible, pero en cambio, tienen un elevador en el cuerpo para subir y bajar el bol (bowl-lift). Ambas amasadoras son muy fáciles de usar, por lo que la elección de una amasadora u otra dependerá de el uso y el fin que le vayas a dar.
En el modelo de cabezal inclinable, el bol se fija en la base y se sube o baja para para verter los ingredientes directamente en el recipiente, o para cambiar los accesorios. Están disponibles en 4,28 y 4,8 litros, perfecta para los cocineros caseros o que se lo toman como un hobbie, no necesitan hacer grandes cantidades de masa y que solo harán pasteles y tartas individuales.
¿Vas a elaborar gran cantidad de panes, galletas o pasteles? El diseño del bol elevador, en el que el tazón se recoge y es llevado a las aspas, tiene una capacidad de entre 5,7 litros a 7,57 litros, lo que permite hacer todo tipo de masas en cantidades industriales.
5. La clásica tiene una mini me
Es aproximadamente un 20% más pequeña que la Artisan, con un tazón que puede contener 3,5 litros de masa…. ¡Una versión compacta y eficiente!
6. ¿Piensas usarla solo para preparar pan, pasteles o galletas?
¡Estás subestimándola! KitchenAid vende todo tipo de accesorios, como el juicer, procesador de alimentos, rodillo de pasta, el fantástico spiralizer, molinillo de alimentos, maquina para ravioles, embutidora o el tazón de precisión de calor para templar chocolate y hacer fondue. Básicamente, tendrás una cocina completa en un gadget de 20 libras.
7. Por último, 4 razones más para que te decidas por una
- El estilo de una KitchenAid es clásico e icónico.
- Cuenta con un respaldo técnico sólido.
- Más fuerza, menos energía y resultados más rápidos.
- Los tazones de acero inoxidable se utilizan como bowls para baño María, o como moldes para helado o pasteles rellenos.