Meditar en pareja es sencillo, simplemente empieza por estar en total quietud y silencio contigo mismo. Tú te relajas. Tu pareja se relaja. Ninguno de ustedes está ahí para juzgar al otro. No hay enojo, no hay desconfianza. O al menos, poco de ello. Al sentarte para meditar, los pensamientos van y vienen. Algunos días, hay muchos pensamientos; en otros, no hay tantos.
Los puntos a favor de meditar en pareja
1. Armonía con los opuestos
La expresión: “Los opuestos se atraen” es simplemente que uno complementa al otro. El sentarte en meditación una o dos veces por día, puede darte la sensibilidad de ¡disfrutar eso opuesto!
2. Reduce la intensidad de los problemas
Al ponerle más y más atención a lo positivo, te enfocas menos en lo negativo y cuando algo inesperado ocurre y estás feliz, simplemente te ríes y sigues adelante, no haces un drama de los conflictos.
3. Cultivas la paz
La paz es nuestro estado natural. Sentimos una amenaza a nuestro propio sentido de la paz cuando sentimos que el amor está siendo amenazado. La meditación te vuelve a conectar con tu estado natural, tu propia existencia y entonces el auténtico compartir comienza.
4. Eres más sensible
Cualquier relación requiere de espacio para que crezca el amor. La meditación te hace naturalmente sensible, y comienzas a entender cuando tu pareja necesita ese espacio. Esto causa menos enfrentamientos.
¿Cómo puedes integrar la meditación a tu relación de pareja?
- Establece un espacio especial para esta práctica y decórenlo juntos.
- Date un tiempo de quietud para ti y respeta un tiempo de quietud para tu pareja.
- Apóyense el uno al otro en el camino de esta práctica.
- Piensen que al meditar juntos también crece su capacidad de cuidar de otros.
- Respeten el proceso de cada uno.
* Inspirado en las Conversaciones de Sri Sri Ravi Shankar.