Un nuevo comienzo

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Un nuevo comienzo siempre es refrescante y el inicio de año es el momento ideal para esto. La clave para lograrlo está en seguir algunos pasos y hacerte de un poco de organización.

Un año nuevo siempre está cargado de buenas intenciones. Generalmente, hacemos listados de los asuntos más importantes que necesitamos hacer o modificar; pero muy pronto nos percatamos de que nuestros buenos deseos no son suficientes para que un nuevo comienzo sea exitoso.

Para mantener la constancia, la clave es tomar decisiones diarias que deben ir acompañadas de acciones y de un deseo fuerte y determinante de dejar atrás todo aquello que nos genere tristeza, dolor o insatisfacción. No se trata únicamente de alcanzar nuestros sueños más queridos, sino de establecer un compromiso para cambiar la o las circunstancias que nos mantienen atados a situaciones poco placenteras que no nos permiten crecer.

Todo cambio implica miedo pero también supone mejora, evolución y un mayor provecho para nuestro desenvolvimiento. Podemos contemplar el cambio como un reto cuya inversión a mediano o largo plazo será una ganancia significativa en cualquier aspecto de nuestra vida.

Una buena práctica es dividir tu plan de cambio en 3 pasos, esto realmente puede ayudarte a descifrar el verdadero poder de las metas:

  • Define cómo y cuándo: esto te ayuda a diferenciar entre lo que es una meta y lo que es una buena idea. Las metas poderosas incluyen la descripción de cómo y cuándo. Al igual que una oración incompleta, las “buenas ideas” no tienen información suficiente para ser una meta. Lo que la hace algo verdadero es añadir medidas de tiempo y los pasos necesarios para que pueda mantenerse como un elemento accionable.
  • Sepáralas: has expandido tu buena idea en una meta, ¿cómo haces que suceda? Las acciones que van hacia una meta son más fáciles de hacer si se ponen por pasos. Aquí es donde debes adentrarte en los detalles.
  • Revísalas frecuentemente: al revisar tus metas las mantienes frescas, sigues estando motivado y aseguras que no estés olvidando movimientos o plazos que se acercan. Establecer plazos en un calendario es una gran manera para mantenerte en el camino, así como crear una lista de cosas por hacer que actualizas y tachas mientras avanzas.

Para un nuevo comienzo necesitamos eliminar pensamientos que nos limiten; así como tomar espacios para reflexionar y planificar. Muchas veces la ayuda de un profesional podrá orientarnos a dar los pasos apropiados para lograr nuestra meta. Es de gran valor imaginar cómo sería nuestra vida con cambio o sin él. ¿Queremos seguir perpetuando una cadena interminable de eventos que nos dejan insatisfechos? ¿O queremos la plenitud para nosotros y por ende para nuestra familia y seres más cercanos? Recuerda el dicho de Antonio Machado que reza: «caminante no hay camino, se hace camino al andar». ¡Atrévete!


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