Compatir en familia es uno de los lujos de la vida moderna y por lo tanto uno de los secretos para que nuestra familia sea feliz. Estos son algunos de los hábitos que puedes implementar en el día a día y que te ayudarán a compartir más con tu familia:
Comer en familia
Puede ser que no tengamos la oportunidad de reunirnos para las tres comidas, pero procuremos que sea por lo menos una al día. Intenta que todos se olviden de la tecnología durante este momento y procura incentivar la conversación. Inicia tú, contando cómo estuvo tu día y luego haz preguntas concretas a tus hijos. Olvida las preguntas muy generales, como por ejemplo: ¿Cómo te fue? ¿Qué tal tu día?… elige preguntas como: ¿qué tal te fue en tu exposición? ¿Cómo está tu amiga Fulanita? ¿Qué jugaste en el recreo? ¿Te divertiste? Esto permitirá que conozcas más a tus hijos.
Dedicar tiempo a la sobremesa
Además de comer en familia, la sobremesa es un momento espectacular para conectar, porque se presta para hablar sobre temas que no son los del día a día y que seguramente te ayudarán a transmitirles tu herencia cultural, tus opiniones y tu forma de ver la vida.
Sácale jugo al tiempo libre
A veces es difícil que toda la familia coincida en los días de descanso. Pero si sabes de una fecha en la que esto sucederá, ¡organiza algo especial! Puede ser desde un paseo hasta una noche de parrillada en tu casa. Lo que importa no son los recursos económicos con los que cuentes sino el ambiente que promuevas. Con cariño puedes convertir cualquier lugar o momento en algo sumamente acogedor.
Inventen cosas locas para divertirse
Es cierto, hay muchas alternativas ampliamente «probadas» que nos ayudan a pasarla bien en familia. Pero no está de más, inventarse un juego, organizar campeonatos en disciplinas hasta ahora desconocidas… Un toque de locura a nuestra vida nunca cae mal.
No olviden al resto de la familia
Estar en contacto con sus seres queridos hace que las familias sean más resilientes, porque cuentan con el apoyo de los seres cercanos. Por ejemplo, muchos abuelos facilitan la conciliación laboral al implicarse en el cuidado de los nietos.
¡Muchos abrazos!
Sí los abrazos forman parte súper importante del diccionario afectivo de una familia feliz. Un abrazo es un claro ejemplo de expresar el amor sin palabras. Y además, reducen el estrés, aumentan el pensamiento positivo, nutren la autoestima, generan confianza en las relaciones, elevan la resiliencia y te hacen muy, muy feliz.
Que la gratitud sea parte del día a día
Digan con más frecuencia la palabra gracias, conscientes de que tener una familia es motivo de gratitud real. Pueden tener un cofre en el cada uno ponga todos los días una razón por la que esté agradecido o conversarlo en la cena. La gratitud es un excelente hábito.
