Por: ANDRE SCHREI
-Recetas de Oro- de Olga de Cáceres, es el libro de cocina más conocido en Guatemala. Un libro que pasará por generaciones como un clásico y posiblemente el libro de cajón de muchas cocinas, incluida la mía, ya que fue el libro con el que comencé a cocinar.
Su simplicidad y abundancia de recetas facilita el trabajo para cualquier aprendiz que esté involucrándose en la cocina, tanto en casa, como en un ámbito más profesional. Sirve de apoyo para descubrir sabores y preparaciones guatemaltecas e internacionales.
Con este libro aprendí a preparar pastel de mocha, salsa bechamel y mi primera pasta. Uno de los platos que más me recuerda a casa es: “Pastel de macarrones” también de -Recetas de Oro-, que nos enseña cómo aprovechar una pasta sobrante.
La receta original del libro es así…
PASTEL DE MACARRONES
1 libra de macarrón extranjero
3 litros de agua hirviendo
4 onzas de queso parmesano rallado
1 lata de chiles pimientos en cuadritos
1/2 litro de crema
1/2 libra de jamón en cuadritos
1/2 libra de queso kraft en cuadritos
1 lata mediana de espárragos en trozos
1 taza de miga de pan
2 onzas de mantequilla
6 huevos
1 cucharada de sal
Por gusto personal, reemplazo los espárragos por trozos crudos de chile pimiento en cuadritos para agregar cierta crocancia. Para comenzar, debes cocer los macarrones en agua y una cucharada de sal (puedes sobre cocer la pasta), escurrirlos y ponerles un poco de grasa.
En un cuenco mezcla la crema, los huevos, el jamón, el queso kraft, parte del queso parmesano, los chiles pimientos en su jugo (o los espárragos en trozos) y media taza de miga de pan. Agrega la pasta, mezcla bien y si la mezcla parece estar seca, puedes agregar un poco de leche o crema.
Engrasa un pyrex con mantequilla, espolvorea con miga de pan y agrega el relleno por capas. Primero una capa de miga de pan, luego una de pasta, una de queso parmesano y nuevamente miga de pan. Así hasta llenar el pyrex. Hornea por 30 minutos a 400°C.
Esta receta es una comida completa y la complementas mejor con una ensalada verde bañada en vinagreta. Hacerla te enseña la teoría de preparación de un budín y te permite jugar con sabores y texturas, logrando cambiar la pasta por pan (humedecido en leche), o los jamones y quesos por otras proteínas.
