Estas son algunas cosas que podemos aprenderles:
- Se leal: los perros son confiables, fieles y aman incondicionalmente.
- Mira a las personas con nuevos ojos: ¿te has dado cuenta que cada día que llegas a tu casa después del trabajo, tu perro te ve como si fuera la primera vez después de muchos años?… Trata de saludar a la gente en tu vida con ese mismo entusiasmo, calor y emoción como el que tu perro tiene al verte.
- Olvida y perdona: ¿te has parado en la cola de tu perro accidentalmente y escuchado ese llanto tan doloroso? Date cuenta que solo un minuto después, ellos están jugando y amándote. Los perros no guardan remordimientos porque ellos viven el momento. Toma nota y escoge perdonar, olvidar y seguir adelante.
- Aprecia los pequeños detalles: échale un vistazo a las rutinas diarias de tu perro. Cada olor es nuevo, cada persona es especial y cada pedacito de comida es apreciado. Disfrútate los pequeños detalles, no sufras por las cosas pequeñas y aprecia el momento.
- Planea una caminata: ¿a qué perro no le gusta estar afuera? Ellos aman ir a caminar, pasear y ser activos. Nosotros también deberíamos hacerlo, ya que el ejercicio es bueno para nuestra mente, cuerpo y alma. Siempre digo, que el fundamento de nuestra relación con los perros empieza en las caminatas. Es una excelente rutina para conectarte con tu mascota y con los bellos paisajes de nuestra Guatemala. El ejercicio brinda muchos beneficios.
- Date una siesta: ¿te has dado cuenta cómo los perros pueden dormir en cualquier parte? Cuando necesitan una siesta, no les da pena tomarse un descanso y recargar energías. Las siestas son muy buenas para aumentar la productividad y mejorar la salud. Trata de planificar 15 minutos de siesta al día, y verás cómo te ayudará.
Los perros son simples, nosotros elegimos muchas veces el lado complicado de la vida.
