Sentir gratitud y no expresarla, es como empacar un regalo y no darlo. Nuestros corazones son sabios y tienen la capacidad de disfrutar inmediatamente, sin embargo, nuestra mente suele ser un poco diferente y tiende a centrarse en lo negativo, robándonos la magia de ver nuestras bendiciones.
Para que empieces a ejercitarte en esta práctica te compartimos estos tips que puedes aplicar fácilmente a tu día a día. Verás cómo pronto estarás en forma.
1. Si te pasa algo desagradable
Intenta inmediatamente pensar en algo positivo de tu vida. Esta sencilla acción te ayudará a guardar la perspectiva y a reducir tus niveles de estrés. Es darle ese giro a tu mente en cuanto a darle énfasis a lo que falta y enfocarla en lo que abunda, ¡te darás cuenta que siempre hay algo bueno en nuestras vidas!
2. Durante los primeros cinco minutos del día
Ten únicamente pensamientos positivos, comienza agradeciendo la oportunidad de un nuevo día.
3. Agradece todo
Lo bueno y lo no tan bueno. Por cada cosa poco agradable que te suceda, piensa en dos cosas de las cuales te sientas agradecido.
4. Dale las gracias a todas las personas que se crucen en tu vida
Por lo positivo y por las enseñanzas y retos que te ofrecen, porque de todos puedes aprender algo.
5. Haz una lista mental al final del día
De todo aquello positivo en tu vida. Empieza por lo general: estás vivo, sano, puedes caminar, tienes alimentos, y termina con lo específico: por un café con tus amigos, un atardecer maravilloso, un extra de dinero, buenas noticias, recibiste la ayuda de alguien cuando más lo necesitabas.
6. Cuando sientas que no tienes nada qué agradecer
Hazte estas preguntas: ¿qué aspecto positivo puedo verle a esta situación? ¿qué aprendo de esto? ¿con qué recursos cuento para resolver algo?