¡A ser felices!

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Las emociones positivas, como la alegría, el interés por la vida, la satisfacción, el amor y el perdón; están estrechamente relacionadas con el bienestar subjetivo.

A todos nos gusta estar contentos y satisfechos, pero los efectos de las emociones positivas no se quedan ahí, estas nos proporcionan otros beneficios importantes:

Amplían las posibilidades de pensamiento y acción

Quiere decir que favorecen un pensamiento más creativo, flexible y eficiente, y más variedad de posibles comportamientos a la hora de solucionar problemas.

Amortiguan las emociones negativas persistentes

Las emociones positivas funcionan como un amortiguador que evita el daño de las emociones negativas. Si bien no las neutraliza ni desaparece, hace que su efecto sea menor en nuestra salud.

Favorecen la resiliencia

Nos ayudan a que nos recuperemos de un modo más rápido y eficiente de las situaciones de estrés.

Protegen la salud

Puesto que las emociones positivas nos protegen de los efectos del estrés, también contribuyen a preservar nuestra salud física.

Nos ayudan a establecer vínculos sociales

Al estar menos estresados vamos a funcionar mejor en todas las áreas de nuestra vida, especialmente en nuestras relaciones personales.

Algo importante de recordar es que tener pensamientos positivos no quiere decir no vivir nuestras emociones y caer en un positivismo tóxico, ya que esto tendría un efecto muy negativo en tu salud a nivel general. Reconocer nuestra emociones y tenernos paciencia, es clave.

Así que ¡a ser felices!


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