Cocinando con niños sin que sea un desastre

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Cocinar con nuestros hijos es una experiencia maravillosa. Es tiempo de calidad, mejora la comunicación, fortalece nuestra relación y una gran idea para hacer en vacaciones.

A los niños les encanta cocinar, es la oportunidad de ensuciarse, ser creativos y hasta de desarrollar su motricidad. Todo al mismo tiempo. Así que debemos aprovechar esos momentos y poner en práctica algunos consejos que harán de esta experiencia algo inolvidable, tanto para ellos como para nosotros.

Prepáralos adecuadamente

Escoge ropa cómoda y que puedan ensuciar, usa delantales o gabachas y recógeles el pelo. Antes de empezar enséñales sobre higiene haciendo que se laven las manos antes y después de tocar alimentos crudos y cocidos listos para consumir.

Prepárate para el desorden

Cocinar es sinónimo de ensuciar, y para los niños es divertido. Puedes poner un mantel de plástico en el piso, o una bandeja debajo del sitio donde van a cocina. Aunque honestamente será más divertido si te mentalizas que todo acabará sucio y desordenado, y luego les pides ayuda para limpiar.

Escoge la receta ideal

Esta debe ser adecuada a la edad y la capacidad de tus hijos. En la cocina hay actividades para todas las edades, desde jugar agua hasta cortar. La clave es escoger una receta que les permita a ellos y a ti disfrutar del momento, así no habrá estrés de más. Puedes hacer una lista de tareas y asígnalas a cada uno. A los niños mayores puedes pedirles que lean los pasos de la receta y que busquen los ingredientes que se van a necesitar. A los niños más pequeños puedes explicarles qué estás haciendo, asignarles tareas sencillas y mostrarles fotos del libro de cocina.

Planifica

Haz una lista de los ingredientes y el equipo que necesitarás y asegúrate de tenerlos. Sí necesitas comprar los ingredientes lleva a los niños contigo al supermercado e involúcralos. Si es necesario, da los primeros pasos de una receta antes de pedirles que te acompañen.

Es una gran oportunidad para enseñarles

Cocinar puede ser una gran manera de aprender sobre ciencia, geografía y hasta matemática de una manera práctica y divertida. Es bueno para desarrollar la motricidad fina y la coordinación. Puedes también hablarles sobre los ingredientes y sus orígenes, los procesos y técnicas de cocción o sobre el origen de ciertas comidas

Otro punto importante es que pueden experimentar. Permitirles tocar y probar los alimentos hará que la experiencia sea más agradable para ellos, además de educarles el paladar, animarlos a probar cosas nuevas, y enseñarles qué alimentos se pueden comer crudos y cuáles no.

Otra gran ventaja puede ser, que si hasta hoy ha sido difícil que coman vegetales, si son ellos quienes los cortan en diferentes formas, les llame la atención probarlos.

Tips

  • Las instrucciones y las dinámicas deben ser interactivas y divertidas. De lo contrario pierden la atención, por eso te recomendamos que sean los propios niños quienes corten, amasen, salpimienten y mezclen los ingredientes de lo que se piensa cocinar.
  • Déjalos meter las manos en lo que están preparando, no importa si se trata de la mezcla para pastel o la pizza, luego se lavarán. También funciona cambiar la presentación de los alimentos. Por ejemplo, utiliza los moldes de galletas para darle divertidas formas a las comidas: las papas fritas en forma de osos y estrellas o sándwiches cortados en forma de arbolitos.
  • Para niños pequeños, prepara un recetario con símbolos y dibujos (en lugar de textos corridos). No será complicado, solo elige una receta y traslada las instrucciones a dibujos. Así, cuando lean juntos la receta, ellos entenderán aunque no sepan leer ni escribir. Y luego, ellos mismos pueden ir diciéndote qué sigue. Eso les da seguridad en si mismos.
  • Lean la receta con anticipación, verifica que tengas todos los ingredientes en la despensa, si no los tienes, la próxima vez que vayas al supermercado, sugiéreles que te ayuden a encontrarlos. También motívalos a que una vez en el súper, sean ellos quienes elijan lo que desean preparar y comer.
  • Prepárales su propia gabacha (de preferencia con su nombre impreso), así como un taburete seguro para que alcancen el top y puedan cortar y trabajar.
  • Y por último, te recomendamos que no seas demasiado estricto, o no volverán a intentarlo. Recuerda que la primera intención de esta actividad es entretenerlos y pasar un tiempo juntos.

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