Julia Child revolucionó el mundo de la cocina en una época donde los grandes chefs eran solo los hombres y la alta cocina estaba reservada para una pequeña élite. Conoce sus secretos para estar un poco más cerca de convertirte en toda una experta en la cocina y hacerte la vida más fácil.
Usa mantequilla derretida
Cocina la mantequilla a fuego lento hasta que haya hervido y esté burbujeante, luego cuélala en un colador muy fino. Guárdala en un frasco y bota el residuo que queda en el colador. Se conservará durante meses en la refrigeradora.
Prepara pasta de ajo
Además de ahorrarte tiempo, verás cómo el sabor de tus platos mejora. Empieza pelando los ajos. Para que sea más fácil corta la punta superior del diente con un cuchillo, aplasta el ajo para que la piel se desprenda y puedas retirarla con facilidad. Ponlos en una olla con agua hirviendo durante 30 segundos, y luego pícalos finamente agregando un poco de sal. Resérvalos en un frasco de vidrio con un fondo de aceite. Cada vez que necesites usar este ingrediente podrás recurrir a tu pasta de ajo natural.
El punto de cocción perfecto para la carne
El punto ideal para las carnes rojas es el término medio. Para saber que se encuentra en ese punto basta con tocarla. Presiona la carne con la yema de tu dedo, cuando se sienta elástica, está en el punto medio. Si la sientes gomosa, como la carne cruda, todavía no está lista, y si no desprende líquido y está dura, la cocinaste demasiado.
Disimula que tu salsa o sopa son de sobre
En muchas ocasiones una salsa o sopa de sobre nos salva la vida, pero ¿cómo conseguir que no se note el sabor artificial?, Julia Child aconsejaba agregar al preparado artificial un caldo corto, que es hervir un puñado de zanahoria picada, un poco de cebolla y apio. O también añadir un poco de vino blanco seco y dejar que se evapore unos 5 minutos.
Escoge bien el vino para cocinar
Si quieres un tinto, inclínate por uno joven y completo. Los vinos blancos deben ser secos y tener mucho cuerpo. Son ideales los sauvignon.
La clave al escoger un vino para cocinar es que este no sea demasiado dulce, porque dañaría recetas saladas. Ni demasiado ácido, porque modificaría el sabor de otros ingredientes, dando un toque avinagrado.
