Además de ser una de las gastronomías más apreciadas por su excelente sabor y calidad, la gastronomía francesa puede traer innumerables beneficios a tu salud, así que copiar o inspirarte en algunos de sus secretos te traerá resultados maravillosos.
1. Calidad y no cantidad
La comida francesa no apuesta por grandes cantidades, sino por productos más frescos y de calidad que serán más sabrosos y con unas repercusiones mucho más positivas sobre nuestra salud.
2. Comida de verdad
Aunque algunos de los alimentos de la gastronomía francesa podrían pasar por poco sanos, como el pan, en realidad no es así, ya que hay panes buenos y panes malos, y no cabe la menor duda de que el pan francés suele ser de gran calidad.
Algo similar ocurre con la mantequilla, consumimos a menudo productos similares, pero peores para nuestro organismo, como la margarina u otras grasas. La clave de una dieta saludable es el equilibrio, pero sobre todo la pureza de los ingredientes.
3. Comer a tus horas
En América somos muy de comer entre horas, lo que provoca que nos alimentemos mal al llegar el almuerzo o la cena y acabemos comiendo más de los que necesitamos. Así que lo mejor es imitar la cultura francesa y comer a horas fijas, sentados y dedicándole el tiempo que merece.
Saber disfrutar de la alimentación, también significa otorgarle un espacio de tiempo y eso, es de mucho beneficio.
4. Consume productos frescos
Algo común en Francia es consumir productos de temporada, lo cual permite encontrar más opciones frescas y descartar los productos congelados y con muchos preservantes. Verás cómo tu paladar y tu salud lo agradecen.
5. Cenas suaves
Este no es un consejo nuevo, todos sabemos que después de la cena no solemos realizar otra actividad más allá de leer o ver un rato la tele, e irnos a dormir. Los franceses gestionan muy bien estas comidas, ya que optan por cenas más ligeras y a horas más tempranas, lo cual es muy saludable.
