Comida para congelar

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Ya que lo que más nos quita tiempo a la hora de cocinar es lavar, pelar y picar, entonces evitar estos pasos y tener todo listo, es una buena idea.

Al congelado quizá no lo tengamos tan asociado con lo fresco, pero claro que es factible, sencillo y puede asegurar que nunca te falten vegetales. Hoy te explicamos cómo hacerlo y por qué además de práctico es una excelente opción para evitar el desperdicio.

Implementar esta técnica que te facilita la vida, y te permite tener comida sana hecha en casa siempre, también resultará en que tendrás platillos exquisitos en pocos minutos. Solo toma nota del plan para que lo hagas de la manera correcta.

Primer paso: pelar y cortar

Afila el cuchillo porque éste es el punto de partida para que tus frutas y vegetales lleguen como debe ser al congelador. Hay tres razones fundamentales de por qué cortar lo que vas a guardar: por un tema de espacio, para que luego puedas tener control de las raciones y la más importante, porque para que se conserven los vegetales, se fijen sus nutrientes y se eviten posibles contaminaciones, debes escaldarlos.

Con el escaldado se inactivan las enzimas que pueden producir olores, sabores y colores indeseables. También inhabilita parte de los microorganismos, mejorando la higiene, y expulsa el oxígeno que se aloja en los tejidos, lo que reduce la oxidación durante el almacenamiento.

Corta en diferentes tamaños

La zanahoria, pícala en dos tamaños, pequeños: ideales para sopas y arroces, o en julianas: ideales para hacerlas salteadas. Esto mismo puedes hacer con la mayoría, todo está en poder determinar cuáles son los tamaños que te gusta consumir, generalmente cada preparación requiere uno especial.

¿Cómo se escalda?

Solo debes sumergir las verduras limpias y troceadas en agua hirviendo durante un tiempo breve. Entre un minuto y tres, dependiendo la textura, necesitando menos tiempo los vegetales más blandos, y luego sumergirlos inmediatamente en agua muy fría para cortar esa cocción.

No olvides renovar el agua si preparas varias tandas a la vez, ya que acabará templándose y no cumplirá con su fin. Usa tazones de agua con hielo. Luego seca los vegetales sobre papel de cocina. Si los dejas ligeramente húmedos, el efecto del congelador puede quemarlos.

Cuando saques tus verduras del congelador, deberás cocinarlas. No te recomendamos que las consumas en crudo, porque su textura y sabor, a pesar de una correcta congelación, no serán los mismos. Es por eso que debes asegurarte de que lo que vayas a congelar esté en perfecto estado: limpias, sin golpes, desperfectos o magulladuras.

¿Puedes congelar todo?

Desafortunadamente no todas las verduras y hortalizas soportan el congelador, porque sus texturas se arruinan. Todas las que tengan mucha agua o que consumimos crudas, como la lechuga, el tomate, el pepino, o el apio.

Puedes congelar: arvejas, ajo, cebolla, cebollín, puerro, pimientos, calabacín y güicoy, acelgas y espinacas, alcachofas, berenjenas, repollos, coles y kale, y zanahoria. Pollo y carnes.

¿Al vacío, en tuppers, tarros o bolsas tipo ziplock?

La mejor forma sin duda, es al vacío, simplemente porque elimina el aire que quede dentro de la bolsa en su totalidad y porque las cierra por completo. Las bolsas herméticas también son una buena solución, solo debes cerciorarte de que estén bien cerradas.

Recurrir a los tuppers y tarros también es válido, solo recuerda que ocuparán mucho espacio. Para usarlos correctamente siempre límpialos y deja un dedo de margen entre la verdura y la tapa, ya que algunas aumentan su tamaño al congelarse.

Para congelar frutas enteras o en trozos solo debes pelarlas, cortarlas y sumergirlas en una solución de agua con azúcar (40% de azúcar) y ácido ascórbico.  Las que aguantan muy bien el congelado, son los arándanos y las frutas rojas (fresas, frambuesas, arándanos, moras…) que se congelan mejor -gracias a su pequeño tamaño.

¿Cuánto tiempo aguantan?

Que un producto esté congelado no significa que aguante años y años -de hecho, su período máximo oscila entre los ocho meses y el año-, dependiendo de tu refrigeradora. Por eso, cuando congeles, es conveniente que anotes la fecha de congelación para saber cuándo vencerá.

También es una buena idea anotar en una libretita e incluso en alguna app lo que tienes congelado, la cantidad y la fecha en que lo hiciste. 

Algo que no debes olvidar es guardar la comida distribuida en porciones, para que cada vez que vayas a preparar algo, se reduzca el esfuerzo a nada, solo sacar de la refri y poner en la olla. Fácil, ¿verdad?


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