El trabajo, la prisa y la falta de ideas, pueden volver estresante el momento de cocinar, y además llevarnos a escoger opciones nada convenientes para nuestra salud y para nuestro presupuesto.
Para que esto no te suceda, te explicamos cómo hacer un menú semanal práctico y adaptado a tus necesidades, con platos que no te lleven horas de preparación, agradables y saludables.
Haz una lista de tus comidas favoritas
Debes procurar que sean entre 15 a 20 comidas. Conversa con tu familia y pregúntales a todos acerca de sus comidas favoritas, haz un listado y luego selecciona las que pienses que son fáciles y rápidas de preparar y que no necesiten demasiados ingredientes.
Puedes dividir las comidas en grupos: sopas, platos con carne, platos vegetarianos, postres, etc. Segmentar así resulta útil para que puedas hacer diferentes combinaciones y evitar que se repitan las guarniciones con el mismo plato fuerte.
Busca las recetas
Puedes tener un recetario físico o digital, lo más importante es tener fácil acceso a ellas, ya que vas a necesitarlas a menudo.
Planifica las comidas de todo el día
Lo ideal es planificar todas las comidas, esto te ayudará a planear y utilizar mejor tu tiempo para cocinar y realizar otras actividades. Además te permitirá hacer un mejor uso de las sobras de las cenas o cualquier otro tiempo de comida.
Escribe tu menú
Puedes hacerlo de diferentes maneras: en una pizarra, en hojas o en un cuaderno. Independientemente de cómo lo prepares, ponlo en un lugar visible, fácil de consultar.
Revisa tus existencias
Antes de poner en acción tu menú, comienza navegando por tu despensa, refrigeradora y congelador. Organiza toda la comida que ya tienes, descarta lo vencido y ordena el resto en grupos. En base a tus existencias haz un listado de lo que necesitas comprar.
Otra idea es hacer esta revisión antes de escribir tu menú y planificar las comidas en base a los productos que ya tienes… De esta manera reducirás la cuenta del súper y mantendrás en orden la refrigeradora y la despensa.
Usa productos de temporada
Dependiendo de la temporada la disponibilidad de frutas y verduras puede cambiar drásticamente, y por lo tanto también cambian sus precios. Así que antes de planificar, revisa estos detalles.
Haz recetas con doble propósito
Por ejemplo, puedes preparar filetes de pechuga de pollo para el almuerzo y usar esas mismas para preparar una ensalada en la cena, o al otro día.
Sé flexible
Si es necesario, haz modificaciones y utiliza las oportunidades que te puedes encontrar… como una promoción de tu pescado favorito o un queso especial. Pospón lo que tenías planificado y ¡listo!
Guíate por nuestro menú de la semana
Si buscas una opción muy fácil, inspírate con nuestro Menú de la Semana, puedes seguir el orden que te proponemos o hacer tus propias combinaciones.
