En una sartén pequeña, derrite el azúcar con el agua, hasta formar un caramelo. Cubre con este el fondo de un molde de rosca de 6 pulgadas de diámetro.
Licúa el resto de los ingredientes, cuela y vierte dentro del molde preparado. Cubre con papel de aluminio.
Coloca dentro de una cazuela con agua y hornea a 350ºF por 3 horas. Saca del horno, deja enfriar y luego refrigera por lo menos 6 horas antes de servir.