Estimulación temprana en el bebé

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La estimulación temprana es un conjunto de actividades, demostradas científicamente, que aplicadas de forma sistemática, fomentan y aprovechan al máximo las capacidades físicas y mentales de tu bebé.

El crecimiento del cerebro de tu bebé depende de los estímulos que reciba. Si estos son los adecuados desarrollarán un ritmo adecuado en la adquisición de las diferentes funciones cerebrales. La repetición de los ejercicios refuerza las áreas neuronales del bebé, lo que le permite ir adquiriendo nuevos conocimientos.

Además, la estimulación temprana ayudará a desarrollar su psicomotricidad, sus habilidades cognitivas y del lenguaje, su independencia y autonomía, así como aspectos emocionales y sociales.

¿Cuándo debes hacerla?

Desde el nacimiento hasta los seis años, porque en este periodo es cuando más conexiones neuronales se establecen en su cerebro y cuando tu bebé desarrolla la estructura de su pensamiento.

¿Cómo se hace?

Las actividades se realizan como un juego, la idea es que sea un rato divertido junto con tu bebé. Toma en cuenta estos tips:

  • Debes respetar las horas de sueño o hambre.
  • No fuerces al bebé a hacer los ejercicios, debe ser algo divertido para él.
  • No es aconsejable sobreestimularlo. Comienza por sesiones de 5 minutos y poco a poco ve ampliándolas hasta 10 minutos.
  • Felicítale después de cada ejercicio, no importando si lo logró o no.
  • Haz la rutina por lo menos tres veces por semana, aunque lo ideal es realizarlas a diario.

 ¿Qué ejercicios son los adecuados los primeros tres meses?

  • Pon boca abajo a tu bebé, extiende sus brazos y motívalo a que levante la cabeza y el tronco acariciándole la espalda.
  • Boca arriba, háblale y ponle juguetes de colores o con sonido en los lados para estimularlo a girar la cabeza. También puedes acariciarle suavemente la mejilla.
  • Cuando esté acostado boca arriba, sujetándolo firmemente de sus muñecas, levántalo suavemente hasta que se siente.
  • Acostado boca arriba, extiende y encoge sus piernas suavemente.
  • Masajea suavemente todo su cuerpo desde la cabeza a los pies con un aceite adecuado.
  • Cuélga en su cuna un móvil, juguetes de colores o con sonido para que cuando este despierto capten su atención y fije la mirada en ellos.
  • Abrázalo, sonríele y háblale mucho y con cariño.

No se trata de una obligación, ni de algo que te cause estrés, sino de integrar estas actividades a su juego diario. Y recuerda que cada bebé es diferente y único y tienen su propio ritmo de desarrollo. Pero todos nacen con un gran potencial que puedes aprovechar para estimularlo al mismo tiempo que disfrutan ambos de un momento agradable juntos.


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