Día a día recibimos el invaluable apoyo de nuestro personal doméstico. En ocasiones, creemos que el buen o mal trabajo que desempeñen es resultado de la buena suerte. Sin embargo, numerosas experiencias confirman que los resultados dependen de la acertada gestión que hacemos de nuestro hogar.
Te brindamos algunos consejos que te ayudarán a empoderar a quien te apoya en las labores domésticas.
Cultiva la empatía
Esto quiere decir «ponerse en los zapatos» de las otras personas. Empatía no es simpatía. Es decir, debes ser firme o disciplinada, pero al mismo tiempo puedes ser afable y paciente. Las personas que trabajan en tu casa estarán más dispuestas a escucharte si perciben que tienes un interés genuino por ellas, su familia y ¿por qué no?, por su superación personal.
Sé clara en tus instrucciones
Muchas veces esperamos que los demás comprendan instantáneamente lo que pensamos o queremos. Siempre que dirigimos el trabajo de alguien, debemos esforzarnos porque nuestras instrucciones sean precisas y claras. Siempre las instrucciones claras dan como resultado un buen trabajo.
Si pasas mucho tiempo fuera de casa, puedes dejarlas por escrito o incluso grabadas en audio. Si tus empleados manejan tecnología, esta es una buena herramienta para que recuerden los procedimientos.
Ten un canal de comunicación siempre abierto
Es importante que las personas que trabajan con nosotros sepan que pueden contactarnos siempre que tengan una duda o una sugerencia. Sé clara sobre el medio que prefieres para mantener una comunicación oportuna y los horarios en los que estarás disponible. Si desde el inicio tienes una «política de puertas abiertas», será más fácil formar el criterio y la autonomía de quienes trabajan en tu hogar.
Invierte tiempo
Dirigir la organización del mantenimiento de tu casa es clave. Si dedicas un tiempo exclusivo a esto y trabajas junto a tus empleados un plan básico sobre las tareas que deben ejecutarse; luego te verás recompensada por menos imprevistos y un clima agradable de trabajo.
Crítica constructiva
A la hora de indicarle a tu empleada cómo puede mejorar ciertos aspectos, es importante que tengas una buena actitud y que no interrumpas su trabajo de manera constante para decirle lo que tiene y no tiene que hacer. Es mejor que hagas sesiones de retroalimentación cada cierto tiempo o si es algo inmediato, se lo hagas saber al haber terminado la tarea para que pueda corregirlo la próxima vez que lo ejecute. Una trabajadora que se encuentra cómoda desarrollando su trabajo y que es instruida para hacer las cosas cómo a ti te gusta, sin enojos ni recriminaciones, vale millones.
Todo a tiempo es mejor
Como decíamos antes, es importantísimo tener una buena actitud al dar una crítica, pero también que no calles todos aquellos aspectos que no te gustan del personal doméstico. Comenta cada uno a tiempo, sin dejar nada en el tintero, siempre desde el respeto y de manera profesional para evitar llegar «a la gota que rebalse el vaso» y tomes decisiones por frustración.
