El molino para café

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Si eres amante del café, el utensilio que no puede faltarte es un molino. No es moda, es que después de tostar los granos de café, estos deben molerse para liberar los aceites que le dan ese gran aroma y sabor.

Es por eso que esperar a moler el café justo antes de prepararlo ayuda a mantener estos aceites intactos, evitando que el oxígeno, la humedad y el dióxido de carbono lo alteren. Es decir, un grano entero actúa como una armadura protectora hasta que lo mueles y lo preparas.

Moler tus propios granos también te permitirá controlar el tamaño de tu molienda. Dependiendo de su método de preparación, ciertos tipos de molienda son más adecuados que otros.

Tener su propio molino de café te da la posibilidad de pasar de un estilo de preparación a otro, todo con el mismo lote de café.

Una buena regla general es que el café más fino requiere un tiempo de contacto más corto para extraer el sabor. En otras palabras, se debe usar una prensa francesa, que requiere que sumerjas el café en agua durante varios minutos, para moliendas gruesas. Si estás usando una máquina de espresso, que empuja el agua rápidamente a través de los posos de café, usa una molienda más fina.

Tipos de molinos

Lo primero que debes definir es si quieres un molino de anillos dentados o uno de cuchillas.

De cuchilla

Estos molinos son exactamente como su nombre lo indica: tienen cuchillas que trocean los granos de café. Sin embargo, recuerda que moler es un trabajo violento, y los molinos de cuchillas golpean duro a los granos. De esta acción puedes esperar tanto partículas muy gruesas, como partículas muy finas.

Con este tipo de molino, para controlar el tamaño de molienda debes medir el tiempo. Entre más tiempo mueles, más finas son las partículas. Algunos modelos tienen temporizadores que te ayudan a controlar este aspecto.

Ventajas: son baratos, lo que los hace accesibles para quienes empiezan a hacer sus propias preparaciones.

Desventajas: no hay uniformidad en la molienda, algo que puede ser un problema serio, especialmente si te gusta el café Turco o espresso.

De fresa

Estos molinos tienen dos fresas, una que permanece estable y la otra que está unida al motor y gira. En lugar de cortar los granos de café, este molino los tritura. Como la fuerza del impacto no se concentra en un punto específico, la molienda tiende a ser más consistente. Sin embargo, todavía vas a obtener algunas partículas más gruesas que otras, aunque menos de lo que generaría un molino de cuchillas.

Ventajas: precisión, mejor consistencia y mayor control. Si quieres tamizar los granos, tendrás que descartar menos de estos.

Desventajas: son más caros. Además, algunos molinos de fresa también son más grandes y pesados que los de cuchillas, y también pueden usar más energía.

Tipos de fresas: planas o cónicas

Si tu opción ha sido un molino de fresas, la toma de decisiones no termina aquí. Ahora, debes elegir un tipo de estas.

  • Fresas planas: estas usan la fuerza centrífuga para impulsar los granos hacia los dientes de la fresa. Ajustas el perfil de molienda moviendo los discos más cerca (para partículas más finas) o separándolos (para partículas más gruesas). Según Annette Moldaver en su libro Das Kaffee Buch, las fresas planas son más baratas que las fresas cónicas, pero necesitarán reemplazarse después de 250 a 600 kilos de café.
  • Fresas cónicas: algunos conocedores de café creen que las fresas cónicas son más precisas porque pueden ajustarse gradualmente. Tristan Stephenson escribió en The Curious Barista’s Guide to Coffee que las fresas cónicas proporcionan una cara de corte de alrededor de 60 grados, en contraste con las fresas planas que son paralelas. Y, solo necesitan reemplazarse después de unos 750 a 1,000 kilos.

Toma en cuenta también el material, las fresas suelen estar hechas de dos materiales principalmente: acero y cerámica. Lo creas o no, la elección puede ser controvertida, y principalmente se reduce a la conductividad térmica. El acero es un buen conductor térmico, lo que significa que las fresas se calientan y se enfrían más rápido. Las de cerámica tienen una conductividad térmica menor, por lo que les llevará más tiempo calentarse pero también les tomará más tiempo enfriarse.

Además, las fresas de cerámica suelen tener una vida útil más larga, pero también son más caras y frágiles.

¿Cómo mantener tu molino a punto?

Cada vez que mueles café, pequeñas partículas de granos y aceites se acumulan en el molino, Estas están sujetas a descomposición por el calor y el oxígeno, lo que significa que van a empezar a formar sabores desagradables con el tiempo y a afectar la calidad de tu café.

Limpiar el molino solo te llevará 10 a 15 minutos semanales y te desharás de los aceites atascados en el área de las rebabas para así conseguir siempre tu taza perfecta.

Ten a mano:

  • Un cepillo redondo
  • Un limpiador de molinos
  • Un paño de microfibra
  • Opcional: una aspiradora o aire presurizado.
Limpieza diaria

El cuidado eficaz del molinillo comienza al final de cada día, solo te llevará un par de minutos:

  1. Sella la tolva y muele el café restante en el área de las fresas.
  2. Apaga el molinillo completamente.
  3. Vacía la tolva, retírala y límpiala.
  4. Elimina los restos de polvo del área de las fresas o de la cámara de dosificación.
Limpieza a largo plazo

Los siguientes pasos son una parte importante del proceso de limpieza más profundo para mantener tu molino funcionando durante años.

  1. Inicia la rutina de cierre habitual. Retira los granos de café de la tolva y del área de las fresas.
  2. Muele unas pastillas de limpieza, siguiendo las instrucciones. Están diseñadas para absorber los aceites de café que se adhieren a las paredes del molinillo. Por lo general, deja las tabletas medio molidas en las fresas durante 4-5 minutos antes de completar la molienda.
  3. Muele más granos de café “viejo” por el molinillo para “enjuagar” cualquier residuo de las tabletas.
  4. Completa la rutina de cierre para asegurarte que el molinillo está totalmente limpio y listo para el día siguiente.
  5. Para limpiar la acumulación de partículas superfinas , utiliza el cepillo redondo.

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