Lava muy bien el pavo con abundante agua y jugo de limón, deságualo y sécalo con toallas de papel absorbente. Colócalo sobre una superficie limpia para poderlo sazonar.
Procesa el resto de los ingredientes, sazona con sal y pimienta al gusto. Con esta pasta unta el pavo por debajo de la piel, sobre la carne. Sazona con suficiente sal las cavidades del pavo y coloca dentro 3 cebollas partidas en cuarterones, 4 dientes de ajo, ramas de perejil, tomillo y hojas de salvia. Amarra las patitas cruzadas con un cordoncillo y cierra el cuello sujetándolo con un palillo. Sazona encima con sal y aceite de oliva al gusto. Precalienta el horno a 425ºF.
Dentro de una cazuela, coloca 3 zanahorias partidas en rodajas, 4 tallos de apio, 1 cebolla partida en rodajas y encima coloca el pavo. Hornea el pavo 45 minutos o hasta que esté ligeramente dorado, luego tápalo con papel de aluminio y baja la temperatura a 375ºF. Cocina hasta que el termómetro para carnes registre una temperatura de 165º, bañándolo con fondo de pavo cada 30 minutos. Deja reposar el pavo una hora antes de cortarlo. Sirve con las peras rostizadas.
Para rostizar las peras, colócalas sobre una bandeja y sazónalas con aceite de oliva, 3 cucharadas de azúcar y unos granitos de sal. Hornéalas a 350ºF hasta que estén suaves y doradas. Resérvalas sin tapar, colócalas alrededor del pavo a la hora de servirlo.
