Inteligencia emocional en la familia

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La IE hará que los niños desarrollen el autoconocimiento, el autocontrol, la motivación, la empatía y su relación con los otros. ¿Cómo se logra fortalecerla en familia?

La inteligencia emocional (IE) fue definida por Daniel Goleman como la destreza que permite “conocer y manejar los propios sentimientos, interpretar o enfrentar los sentimientos de los demás, sentirnos satisfechos y ser eficaces en la vida, a la vez que crear hábitos mentales que favorezcan nuestra propia productividad”.

Toda persona al formar parte de una familia logra desarrollar la capacidad de amar, de dar y darse, de compartir, de tomar decisiones acertadas, de dirigirse al bien a pesar del dolor o sacrificio que este implique. Logra vivir plenamente cada etapa de su vida desde la infancia hasta llegar a la madurez, pasando por la complicada adolescencia, pero esta será en todo caso un paréntesis que superará sin mayor problema, para él y los que lo rodean.

El calor del hogar, la atención y amor que los padres pueden brindarse a sí mismos y a cada uno de los hijos, aceptándolos con sus virtudes y defectos, apoyándolos a cada uno en sus necesidades, y esto es lo que hará de cada hijo una persona emocionalmente inteligente.

Actualmente muchos padres se enfocan en dar a sus hijos bienes materiales, viajes, oportunidades, pero si esto se hace en exceso y sin un sentido, antes de fortalecerlos los convertimos en personas frágiles, incluso pueden llegar a desarrollar ansiedad porque no saben enfrentar retos ni resolver problemas.

Es importante que los padres nos decidamos a preparar a nuestros hijos para la vida, aprendiendo a reconocer sus debilidades y fortalecerlos en las mismas, no permitiendo más comodidad, egoísmo, descontrol, mal humor –ni de nosotros mismos ni de nuestros hijos-, y pereza. ¿Cómo? Desarrollando en ellos ilusiones, metas y retos que los motiven a hacer realidad sus sueños a pesar de las adversidades; a que perseveren en las decisiones tomadas, a ponerse en los “zapatos” del otro, a que reconozcan y controlen su enojo, a que acepten y se quieran como son, siempre con deseos de mejora personal. Esto hará que desarrollen el autoconocimiento, el autocontrol, la motivación, la empatía y su relación con los otros, que son las cinco habilidades de la IE.

La vida cotidiana familiar, laboral y social está llena de situaciones de todo tipo. Lo importante es cómo las enfrentamos y enseñamos a nuestros hijos a hacerlo. El principal ingrediente en este aprendizaje es el AMOR que les transmitamos en cada enseñanza. Solo así, ellos podrán reconocer que se les exige por lo mucho que se les quiere.

Amar en situaciones fáciles cualquier persona lo hace, amar en situaciones difíciles y demostrarlo, esto sí es complicado. Amarlos incondicionalmente hará mucho más que mil consejos. Los hijos necesitan ejemplos de vida. Si nosotros hacemos lo que corresponde, lograremos hacer de ellos personas que sepan rectificar y hacer lo que deben en cada momento, haciéndolos dueños de sus actos, responsables, seguros de sí mismos, capaces de alcanzar su propio éxito en cada momento de la vida.


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