A medio camino entre los cálidos y los fríos, está el greige, una mezcla de lo mejor de los dos mundos, un color que puedes combinar con tonos fríos o cálidos, y que resulta sofisticado y acogedor.
Este color de tendencia crea ambientes elegantes, frescos y que no cansan.
Como se trata de un color muy discreto, es ideal para superficies grandes: el color de las paredes, para las alfombras grandes de la sala o el sofá y otros muebles de gran tamaño. Aquí te damos un listado de ideas para que lo aproveches al máximo.
Combínalo así
Este color lucirá mejor acompañado de otras tonalidades, tanto con colores más vivos, como el mostaza o el rojizo, como con los suaves pasteles.
Aunque el greige es un tono neutro que lo admite prácticamente todo, al tratarse de un tono medio, más cálido que un gris tradicional, es perfecto para combinar con mobiliario oscuro, maderas como ébano o nogal o por el contrario con detalles blancos, consiguiendo un contraste sutil y elegante.
Combinado con el blanco lograrás ambientes muy suaves y cálidos. En cambio, con el negro crearás ambientes más sofisticados y con aire chic.
En el minimalismo
El greige es el color perfecto para ambientes naturales y serenos. Si lo tuyo es el minimalismo, este color aportará un punto de calidez a tus ambientes sin dejar de ser sobrio.
Un color muy versátil
El greige es un tono que tiene una característica muy especial, ya que varía mucho según la intensidad de luz que reciba la habitación a las diferentes horas del día. Por lo que no resulta monótono y se ve lindísimo siempre.
¿Buscas tener una habitación calmada?
El greige es una opción genial para conseguirlo. La única condición es que sea un ambiente muy bien iluminado para que no oscurezca el espacio.
Úsalo en cualquier ambiente
El equilibrio que genera este color es tal, que es recomendable para cualquier ambiente, desde la sala, el comedor, la cocina hasta el baño. Además, si agregas elementos de decoración en madera o lino, le darás riqueza al ambiente y conseguirás un espacio sencillo y elegante.
