La autoconfianza es uno de los mejores regalos que podemos darle a nuestros hijos. En los niños esta surge de una percepción de competencia, es decir, desarrollan confianza por sus propios logros, no porque alguien más los elogie. Es por eso que muchos niños se sienten más confiados y seguros de sí mismos a medida que aprenden y completan nuevos retos y metas.
Aunque cada niño es diferente, hay algunos lineamientos que te ayudarán a lograrlo.
Juega con ellos
El tiempo de juego es una de las mejores inversiones que puedes hacer, es así como les demuestras lo valiosos que son para ti.
Pon atención en ellos mientras juegan, los niños son perceptivos y se darán cuenta si no estás al cien por ciento en ese momento. Además, esa imaginación compartida los acerca más y les hace saber que los escuchas.
Aunque tu vida sea muy agitada, procura encontrar un momento para darles tu atención total e involúcrate en el juego por completo. Los lazos que se crean con los niños a menudo se construyen durante esos importantes momentos juntos.
Cuando juegues con ellos toma en cuenta estos consejos para desarrollar confianza mientras les prestas atención:
- Haz contacto visual para hacerles saber que estás escuchando realmente lo que te dicen.
- Si necesitan hablar, detente y escucha lo que tienen que decir para que sepan que sus pensamientos, sentimientos y opiniones importan.
- Ayúdales a sentirse cómodos con sus emociones, al aceptarlas sin juicios. Al hacer esto, validas sus sentimientos y demuestra que los valoras.
- Comparte sus propios sentimientos para ayudarles a sentir más confianza de expresar los suyos.
Asígnales pequeñas tareas
Los niños necesitan oportunidades para mostrar sus habilidades y sentir que su contribución es valiosa. En casa puedes pedirles que ayuden con los quehaceres domésticos. Toma en cuenta sus intereses y en base a estos asígnales tareas que les permitan sentirse útiles y exitosos. Cuando las tareas dejen de ser divertidas, únete a ellos y háganlas juntos. Esto los ayuda a aprender que algunas veces el trabajo está antes que el juego.
¿Estímulo o elogios?
Hay una gran diferencia entre estímulo y elogio. El primero reconoce a la persona mientras que el segundo a la tarea. Los elogios pueden hacer que un niño sienta que solo es valioso si hace algo perfectamente. El estímulo, por otro lado, reconoce el esfuerzo.
Por ejemplo, “este dibujo está impresionante” versus “trabajaste muy duro en este dibujo. Excelente trabajo”.
Demasiados elogios pueden crear presión y establecer una constante necesidad de aprobación. En su lugar, es mejor dar a tus hijos el mensaje de que el esfuerzo, y realizar algo hasta el final, es lo más importante.
Al preparar a tus hijos para el éxito, brindarles una generosa cantidad de estímulos y pasar tiempo de calidad juntos, les ayudará a crecer sintiéndose bien consigo mismos y con el mundo que los rodea.
