¿Por qué los adolescentes deben dormir?

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El sueño enlentece los sistemas del organismo para que el cuerpo pueda "recargar las baterías" para afrontar las actividades cotidianas del día siguiente. Convirtiéndose así en vital para la salud y desarrollo en la adolescencia.

Durante la adolescencia se producen cambios que también afectan el patrón de sueño. Se produce, por ejemplo, un retraso normal del inicio del sueño y los chicos necesitan dormir más que durante los años de infancia.

Cuando algo se sale de este estándar debería ser un foco rojo que llame nuestra atención, porque podría haber un trastorno del sueño. Así que hemos investigado y leído varios artículos de especialistas en medicina del sueño, para darte los puntos clave que debes tener presentes.

El ciclo vigilia

Lo primero: ¿qué es el ciclo vigilia del sueño? Se le llama así a la alternancia entre los estados de “estar despierto” (vigilia) y “estar dormido” (sueño). ¡Muy importantes!

El sueño está regulado por sincronizadores externos: luz y hábitos sociales. Y otros internos: secreción de melatonina, cortisol y temperatura; que nos permiten organizarnos en el tiempo.

En la adolescencia los sincronizadores externos suelen alterarse, esto debido a los horarios de sueño irregulares por el incremento de tareas escolares, uso de aparatos electrónicos, horarios más amplios los fines de semana y, en muchos casos, el inicio del consumo de estimulantes como café, tabaco y alcohol que, junto al poco valor que le dan al sueño los adolescentes, ayudan a “romper” ese ciclo vigilia – sueño.

Las investigaciones indican que los adolescentes necesitan dormir aproximadamente 9 horas cada noche. Los estudios también indican que muchos adolescentes tienen problemas para conciliar el sueño temprano y que no duermen más que 6.

Pero lo que es importante saber es que esto, en la mayoría de casos, no se debe a que no se quieran dormir, sino a que sus cerebros funcionan con horarios más tardíos y todavía no están preparados para acostarse.

¿La razón? Durante la adolescencia, el ritmo circadiano del cuerpo (una especie de reloj biológico interno) se reajusta e indica al adolescente que se duerma más tarde por la noche y que se despierte más tarde por la mañana. Este cambio en el ritmo circadiano parece obedecer a que los adolescentes fabrican la hormona cerebral melatonina más tarde que los adultos y los niños.

Ahora, el problema es que la privación crónica de sueño puede provocar en ellos:

  • Dificultad para despertarse y levantarse por las mañanas.
  • Elevación de los niveles de cortisol.
  • Obesidad y diabetes tipo 2 precoz.
  • Aumento de la ansiedad, aparición de trastornos depresivos y menor control de las emociones.
  • Somnolencia durante el día.
  • Bajo rendimiento académico.
  • Síntomas similares al déficit de atención.
  • Aumento del uso de nicotina, café, alcohol e incluso otras sustancias.

Y, por supuesto, algunos trastornos del sueño.

Pero ¿cuáles son los trastornos de sueño más frecuentes en la adolescencia?

Después de la privación crónica de sueño, el trastorno más frecuente es el síndrome de fase retrasada del sueño o síndrome del noctámbulo, que está muy relacionado con el anterior.

El resultado de este trastorno será la dificultad para conciliar el sueño a la hora deseada o necesaria. Este retraso en el ciclo de sueño y vigilia afecta al funcionamiento cotidiano de los chicos, ya que también altera la capacidad para despertar de manera natural, causando muchas dificultades para levantarse más temprano, porque estarán en el centro de su sueño más profundo.

Este trastorno es de sencillo diagnóstico y tiene un eficaz tratamiento, pero es muy importante consultar con un médico especialista para descartar que no sea algo más, ya que la falta de sueño durante la adolescencia se puede deber a alguna de las siguientes afecciones: insomnio (puntual o crónico), trastorno del movimiento periódico de las extremidades, síndrome de las piernas inquietas, apnea obstructiva del sueño, reflujo gastroesofágico, narcolepsia y sonambulismo.

El sueño en la adolescencia juega un papel fundamental, por lo que es importante hablar con ellos y hacerles entender la importancia de este hábito sobre su salud y su bienestar.


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