Cuando has comprado una planta para tu casa y te llevas la sorpresa que esta no prospera, es más se marchita y muere, es porque hay aspectos básicos que debes tomar en cuenta antes de comprarla.
Los más importantes son tres: el momento de la compra en el vivero, el transporte a casa y el periodo de aclimatación en esta. Estos son algunos consejos.
En el vivero
A la hora de comprar la planta fíjate muy bien en el estado de su follaje. Revisa detalladamente las hojas, sobre todo el revés, y comprueba que estén libres de hongos, insectos y plagas. En cuanto a las raíces, tienen que mostrar un aspecto sano y estar bien encajadas en la tierra. Si sobresalen de la maceta puede significar que la planta está débil y que la han conservado demasiado tiempo en el mismo recipiente.
En plantas con flores, lo más importante es fijarte en las que tienen más botones a punto de florecer. Si las flores ya están desarrolladas solo durarán algunos días y de la otra manera el periodo de floración durará más tiempo.
Cuando las llevas a casa
Este momento es clave para que la planta resulte lo menos dañada posible. Si has comprado varias macetas pequeñas, lo más recomendable es que las agrupes en una caja de cartón, las separes entre sí con cartones y las lleves en el baúl, ya que hay menos riesgo de que se caigan y de que se vean afectadas por el sol y calor. Si compraste macetas grandes, el lugar más adecuado para su transporte es el asiento del copiloto.
Las plantas en casa
Una vez que han llegado a nuestra casa, las plantas se tendrán que adaptar a las nuevas condiciones. La mayoría, al ser cultivadas en invernaderos, están acostumbradas a tener más luz, por lo que te recomendamos que las expongas a mucha luminosidad durante el primer mes.
Para abonarlas y transplantarlas por primera vez, espera a que pasen dos y cuatro semanas desde su compra. Si ves que queda muy justa en el recipiente en el que viene, puedes adelantar su transplante.
