El gravy le da vida al pavo, pero no por eso debe ser complicado. Estos son los seis pasos definitivos para hacer gravy que debes tener a mano. Obtendrás una salsa sedosa y llena de sabor.
Paso 1: el fondo
Calienta 4 tazas del fondo que vayas a usar, preferiblemente de pavo. Puedes usar también de pollo.

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Paso 2: los jugos del pavo
Transfiere el pavo rostizado de la pavera a una tabla de cortar para que repose. Remueve la mayor cantidad de grasa posible de los jugos del pavo que quedaron en la pavera usando una cuchara, un cucharón o una jeringa. Reserva ¼ taza de esta grasa.
Paso 3: agua, vino o un fondo
Coloca la pavera sobre 2 hornillas y calienta los jugos del pavo, agrega ½ taza de líquido: puede ser agua, vino o un fondo. Mueve constantemente, luego vierte a una taza de medir o a la olla de consomé caliente.
Paso 4: roux
Prepara el roux agregando ¼ taza de grasa que reservaste, añade ¼ taza de harina y cocina unos minutos.

Paso 5: espesar
Agrega el consomé y los jugos del pavo; mueve hasta que esté ligeramente espesa la salsa.
Paso 6: Sazona
Esta es la parte en donde puedes poner tu toque personal o “el ingrediente secreto de la familia”. Nuestra única recomendación es que uses de preferencia hierbas frescas. Puedes agregar salvia, tomillo y perejil.
Además de la receta adecuada, tener a mano una guía para el gravy con consejos y técnicas, te ayudarán a conseguir el resultado ideal.

Como ves hacer gravy, aunque lleva un proceso, no es complicado y el resultado de esta maravillosa salsa vale totalmente la pena para que tu pavo tenga ese toque final que lo haga lucirse.